Jiang y Blair conversan abiertamente sobre los derechos humanos en China
La espinosa cuestión de cómo evitar que los derechos humanos, o mejor dicho, la conculcación de éstos en China, entorpezcan las relaciones económicas entre el Reino Unido y la República Popular, aterrizó inevitablemente en la mesa de discusiones entre el presidente chino, Jiang Zemin, y el primer ministro británico, Tony Blair. Curiosamente fue el líder chino quien se adelantó a tocar el tema, según fuentes de Downing Street, la residencia oficial de Blair, adonde Jiang llegó por una puerta lateral para eludir a los centenares de disidentes y partidarios de la causa por la libertad de Tíbet que coreaban consignas como: "Tony Blair, ¡qué verguenza!".En la reunión, que duró cerca de una hora, Blair expuso la posición británica de que Pekín reconozca la autonomía de Tíbet. El encuentro marcó el punto culminante de la primera visita de un jefe de Estado chino al Reino Unido, que, protestas diarias aparte, ha producido multimillonarios contratos comerciales entre Londres y Pekín.
Consciente de la popularidad de la oposición china y de los intentos de la oposición por capitalizar las manifestaciones contra Jiang -los conservadores han denunciado el rigor demostrado por la policía-, el Gobierno de Blair insistió en que la cuestión de los derechos humanos no estuvo ausente del diálogo. La postura del Gobierno laborista se ha mantenido invariable: la cuestión de los derechos humanos en China "no va a definir las relaciones" con Pekín. [El senador estadounidense Jesse Helms criticó a Londres por extender la alfombra roja al presidente chino mientras mantiene al ex dictador chileno Augusto Pinochet en situación de detención domiciliaria, informa Reuters.]
El Ministerio de Exteriores chino restó importancia a las manifestaciones que acompañan prácticamente todos los movimientos del presidente chino. Zhan Qiyue, portavoz del ministerio, dijo: "Lo que [los manifestantes] tratan de conseguir es enturbiar la visita y erosionar las relaciones. No creo que tengan éxito alguno en sus intentos".
[Por otro lado, la policía china ha detenido a siete miembros de la secta Falun Gong y las autoridades judiciales ha condenado, por primera vez, a otros cinco adeptos a un año de trabajos forzados, según denunció ayer el Centro de Información sobre Derechos Humanos y Movimiento Democrático de China, con sede en Hong Kong, informa Reuters.]
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