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TRAS LAS ELECCIONES CATALANAS

Arenas avisa a Pujol de que el PP no le apoyará en nada si pacta con ERC

Javier Casqueiro

"Si Pujol llega a un acuerdo con ERC ni estaremos ni apoyaremos ese acuerdo". Javier Arenas, el secretario general del PP, quiso recalcar ayer de esa manera que su partido "no ha garantizado ningún cheque en blanco" al líder de CiU, Jordi Pujol. E insistió: ni ahora para facilitarle su investidura al frente de la Generalitat, ni más tarde en el resto de la legislatura. Arenas exigió de entrada para investir a Pujol un diálogo previo, "con luz y taquígrafos", y acuerdos sobre una serie de compromisos.

El número dos del PP matizó ayer bastante las actitudes triunfalistas de sus primeras reacciones y de la mayoría de los dirigentes de este partido tras los comicios del pasado domingo, que les concedieron 12 diputados: cinco actas menos y un descenso de 126.000 votos sobre las autonómicas de 1995. Arenas admitió así que no sólo el PP puede resultar decisivo en la elección del Gobierno de la Generalitat, ni siquiera aunque el recuento final del voto por correo y de la emigración le pudiese otorgar el decimotercer escaño en detrimento de Iniciativa per Catalunya. Arenas precisó ayer que el PP sí será decisivo, en cualquier caso, "para completar una mayoría de gobierno y para garantizar la estabilidad aunque sin arrogarse la exclusiva de esa condición".Antes de rectificar las posiciones claramente entreguistas a facilitar la continuidad de Pujol, expresadas tanto en la campaña por el coordinador nacional de Organización del PP, Pío García Escudero, como por el ministro portavoz, Josep Piqué, tras la jornada electoral, Arenas quiso detenerse ayer en cuestionar el comportamiento del candidato socialista en los últimos días al empecinarse en su deseo de conformar un gobierno alternativo. Arenas dijo de Pasqual Maragall que estaba haciendo "el más absoluto de los ridículos" y que sus tesis rozaban el "esperpento". Luego admitió que esas ideas ya habían sido corregidas parcialmente y supuso que por sugerencia de los presidentes autonómicos socialistas de Aragón y Baleares, que gobiernan en minoría y sin ser la lista más votada.

Arenas recogió los impulsos que recibió Maragall del secretario general del PSOE para hacer ver su "preocupación" porque "Joaquín Almunia se está convirtiendo en un riesgo". Y ahí enumeró las frases de argumentario reiteradas desde el PP sobre una supuesta estrategia del PSOE de abandonar las instituciones y organismos donde no impone sus criterios, como la Federación Española de Municipios y Provincias, RTVE, el Pacto de Toledo o las mesas con sindicatos.

Enfrascado de nuevo en la resaca de las elecciones catalanas, Arenas emplazó a Pujol a tomar la iniciativa y olvidarse más de lo que siente su corazón (en alusión a sus preferencias políticas por pactar con ERC) y pensar más en lo larga que puede ser la legislatura sin el PP. Porque Arenas descartó ayer que Pujol pueda contemplar la posibilidad de volver a convocar otras elecciones.

Los populares sí esperan que la semana que viene Pujol convoque a su líder en esa comunidad, Alberto Fernández. Y Arenas se atrevió a proclamar que entonces le pondrán a Pujol el programa del PP encima de la mesa para fijar compromisos concretos. No aclaró si ese acuerdo "transparente" será por escrito. Le podría valer un "apretón de manos".

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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