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Santiago B. Olmo reflexiona sobre la banalización del cuerpo en televisión

La presencia constante de la televisión en la vida cotidiana, como instrumento de información tanto como lugar donde mejor se representan los deseos contemporáneos, llevó hace tiempo al crítico y estudioso de la fotografía Santiago B. Olmo (Madrid, 1958) a reflexionar sobre el lugar que tiene verdaderamente la realidad en esas imágenes. Así lo expresan las fotografías de la exposición que inaugura hoy en el Archivo Provincial de Vitoria bajo el título de Espacio de miradas.

Olmo lleva tiempo reflexionando sobre la banalización que la televisión contagia a todo lo que trata. En la exposición que inaugura hoy en Vitoria, se ha centrado en uno de los asuntos que peor parte llevan al pasar a la televisión: el cuerpo humano. Para ello, Santiago B. Olmo ha rescatado fotogramas de películas pornográficas, junto con otras procedentes de vídeo doméstico y de anuncios publicitarios para ensamblar una colección de imágenes decididamente conceptuales aunque con ecos de la pintura manierista barroca.La exposición de Olmo, que se podrá contemplar en el Archivo Provincial de Álava hasta el próximo 14 de noviembre, se suma a la labor de esta sala que desde hace cinco años viene presentado en Vitoria distintas propuestas de la actual fotografía. Al mismo tiempo iba creciendo una colección creada a partir de estas muestras, "que formará parte imprescindible del futuro museo de arte de Álava", tal y como confirmó ayer el diputado de Cultura, Pedro Sancristóbal, quien destacó el papel que juega la fotografía dentro de las artes contemporáneas.

Mercantilismo corporal

De momento, el espacio para la fotografía por antonomasia en Vitoria está en el Archivo Provincial, donde las creaciones de Olmo muestran el mercantilismo que rodea al cuerpo en la televisión.

Son imágenes de distintos formatos, tomadas directamente de la televisión y luego trabajadas en laboratorio. Al descontextualizar esas realidades televisivas, Olmo pone sobre el tapete los otros sentidos que el cuerpo, las relaciones sexuales y los paisajes urbanos dejan de tener en cuanto son colonizados por la televisión.

"En mis fotografías hay una orientación claramente reflexiva, crítica, pero también me gustaría resaltar el componente estético que he tratado de imprimir a mi trabajo", explicó el fotógrafo refiriéndose a unas imágenes -algunas de fuerte contenido- deudoras del manierismo barroco, como él mismo reconoció.

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Y, por fin, un componente importante de esta exposición, según Olmo, es que las imágenes hacen referencia al amor homosexual, "una expresión erótica perseguida y concienciada y que contrasta con el tratamiento que tiene el sexo en televisión".

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