El Deportivo impone su eficacia
Los gallegos logran una victoria holgada
El Deportivo se sobrepuso a un choque que le nació adverso y acabó imponiendo su autoridad gracias a una segunda parte muy solvente. Tras el descanso, en diez frenéticos minutos, los gallegos mostraron el mejor fútbol que ha visto Riazor esta campaña y tumbaron al Montepellier, que se había adelantado nada más iniciarse el partido. Luego el Deportivo se dedicó a controlar el juego, con notoria eficacia y jerarquía, pero dio la impresión de que si hubiese apretado más podrían haber dejado resuelta la eliminatoria. Los franceses, que llegaban tras una sucesión de derrotas en la Liga, cobraron moral tras el tempranero gol y tapiaron el medio campo para cortar el suministro al adversario. El Deportivo se vio contra las cuerdas, pero volvió a mostrar su mejor virtud en los últimos tiempos: una certera pegada. El cabezazo de Pauleta llegó tras un córner botado por Víctor para corroborar que el Deportivo ha convertido los lanzamientos a balón parado en una de sus más provechosas soluciones ofensivas.
DEPORTIVO 3
MONTPELLIER 1Deportivo: Songo"o; Manuel Pablo, Donato, Naybet, Romero; Mauro Silva, Jokanovic; Víctor (Fernando, m. 67), Djalminha (Scaloni, m. 87), Makaay; y Pauleta (Turu Flores, m. 58). Montpellier: Cassard; Rodríguez, Sylvester, Decroix, Ferrier (Barbosa m. 58); Fugier, Delaye (Gouvernec, m. 42), Mahouve, Dos Santos; Loko (Maoulida, m. 66) y Ouedec. Goles: 0-1.M. 6. Centro chut desde la izquierda de Delaye que tropieza en Romero y descoloca a Songo"o. 1-1. M. 17. Córner que saca Víctor al segundo palo donde Pauleta remata de cabeza. 2-1. M. 50. Djalminha, de penalti a lo Panenka. 3-1. M. 53. Makaay remata raso y pegado al palo. Arbitro: Vassaras, griego. Amonestó a Delaye, Sylvester, Mauro Silva y Dos Santos. 30.000 espectadores en Riazor (casi lleno).
Hasta el descanso, el Montpellier dio cierta impresión de consistencia. Se pertrechó bien para defender y lanzó algunos contragolpes peligrosos. Y contó además con la indulgencia de Pauleta, un futbolista al que parece acompañarle el infortunio o la falta de cuajo en algunos momentos decisivos. Pauleta se ha acostumbrado a pasar súbitamente de héroe a villano. Ayer adelantó a su equipo y luego falló dos veces en el mano a mano con el portero francés.
El Deportivo encontró definitivamente el rumbo adecuado en los minutos iniciales de la segunda parte, cuando el Montpellier descubrió además lo que se presuponía como su más grueso defecto: una defensa de papel de fumar. Sylvester se disfrazó de deportivista y cometió un penalti ingenuo al meterle la mano a un balón a media altura sin demasiado peligro. Djalminha decidió echarle descaro y tiró a lo Panenka. El portero francés ni se enteró.
Entró el Deportivo en estado de ebullición y de inmediato logró cerrar el choque con un gol espléndido. Mauro Silva metió a la frontal del área para Makaay, quien aguantó muy bien las acometidas de la defensa, amagó un par de veces y, en cuanto vio un hueco, de espaldas a la portería, la coló pegada al palo. Un gol de delantero de pura cepa. La ventaja parece suficiente, aunque no tanto como para dar el asunto por zanjado.
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