El Madrid acude a Oporto con un ambiente envenenado
El equipo de Toshack quiere conseguir su clasificación, pero vive entre problemas
Madrid y Oporto se cruzan esta noche en Das Antas (20.45, Vía Digital; 23.00, en diferido, TVE) con la primera plaza del grupo E de la Liga de Campeones al fondo. El vencedor tendrá prácticamente agarrado el pase a la siguiente fase; el perdedor tendrá que competir con el Olimpiakos, que hoy visita al Molde, por la segunda posición. El Madrid, líder y único equipo invicto del grupo, se siente favorito. Pero la intermitencia de su juego, sus malos resultados en la Liga y el conflicto surgido alrededor de la preparación física del equipo han envenenado el ambiente. Llegó ayer a tierras portuguesas desprendiendo mucha más tensión de la recomendable, sobre todo por parte de su entrenador, John Toshack.Fue ante el Oporto hace tres semanas, más incluso que en su visita al Camp Nou del miércoles pasado, cuando el Madrid enseñó lo mejor de sí mismo. No resultó extraño, pues, que el recuerdo del 3-1 ante el Oporto en el Bernabéu -y lo que Lorenzo Sanz, el presidente, llama "tradicional habilidad del Madrid para mostrar en Europa una cara diferente y mejor"- fuera utilizado ayer con oportunidad por los madridistas para intentar arrancarse el estigma de su chirriante trayectoria liguera. "Si no es por el portero, al Oporto le habríamos metido cinco o seis", afirmó desafiante Toshack ayer ante la prensa portuguesa, a la que calmó instantes después hablando "con admiración y respeto" del club portugués. "Es de los equipos más difíciles, y su campo, de los realmente complicados en Europa".
Lo cierto es que los seis partidos consecutivos sin ganar que lleva el Madrid en la competición doméstica escuecen. También los saltos bruscos del equipo, capaz de viajar de la grandeza a la mediocridad en el plazo tan sólo de tres días, con los mismos jugadores e idéntico plan táctico. Toshack no dio demasiadas pistas sobre sus intenciones para el choque de esta noche. No abrió las puertas en el entrenamiento y tampoco se mostró muy claro en la conferencia de prensa. A toro pasado, reconoció que ante el Oviedo debió efectuar dos o tres cambios. Pero por las apreturas del calendario, no porque dude ya de su nuevo dibujo -esa especie de 4-2-4 que prescinde de la elaboración y arroja sobre el tapete toda su munición ofensiva, Anelka incluido-. Sin embargo, por las virtudes del Oporto, que el propio entrenador galés ubicó en la fortaleza de su centro del campo, al Madrid le convenga cambiar de modelo. Casi nunca conviene despreciar la elaboración y menos en este caso, según demostró Iván Helguera con una actuación extraordinaria ante el Oporto hace 20 días. Pero en el ensayo de ayer, Toshack alineó con los titulares al equipo que jugó de salida contra el Oviedo. Es decir, con Raúl, Anelka y Morientes en la punta.
Por lo demás, Savio se confesó en racha, dentro de un estado mágico de forma que espera prolongar, y Roberto Carlos, que reconoció que "la euforia tras lo de Barcelona" no le "vino bien" al Madrid, lanzó una de sus habituales frases comerciales: "Ha llegado el momento de dar una secuencia de trabajo más seria. No se puede repetir lo que pasó ante el Oviedo".
En el Oporto no hay bajas. Secretario se ha recuperado a tiempo y Fernando Manuel Santos, el entrenador, repertirá el mismo once que presentó en Madrid.
Oporto: Vítor Baía; Secretario, Jorge Costa, Argel, Ezquerdinha; Peixe, Chainho; Capucho, Deco, Drulovic; y Jardel.
Real Madrid: Illgner; Michel, Iván Campo, Hierro, Roberto Carlos; Geremi, Redondo; Anelka, Raúl, Savio; y Morientes.
A vueltas con la preparación
Después de proclamarse un tipo "muy simpático", John Toshack, el entrenador del Madrid, sacó las pistolas. Estaba enfadado con el periódico que había descubierto que cinco jugadores se entrenaban físicamente por su cuenta en un gimnasio privado -práctica habitual, por otra parte, entre los futbolistas profesionales-, con las voces que critican su particular decisión de asumir la preparación física del equipo sin contar con un especialista, pero a quien atacó, sin nombrarle, fue al que asumía esas funciones antes de su llegada. Es decir, a Jorge Simó, el preparador físico de Guus Hiddink. "Llegué aquí hace siete meses", dijo Toshack, "y en 20 años de profesional nunca había visto un grupo de jugadores tan bajo físicamente". Y se negó a comentar más al respecto: "Si un periódico quiere hacer el ridículo que lo haga. Tengo cosas más importantes que pensar que en que unos jugadores vayan a tomar un baño o no sé qué con unos amigos a un local".Lorenzo Sanz, el presidente, se había pronunciado en similares términos a su llegada al aeropuerto de Oporto. "A mí no me consta que haya jugadores que acudan a un preparador físico privado. De todas formas, se habla mucho de la preparación física, pero de lo que la gente se olvida es de que hasta que llegó Toshack había jugadores que corrían diez metros y ya tenían la lengua fuera. Toshack ya ganó una Liga asumiendo esa parcela de trabajo. Habrá que confiar en él".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.