Cirugía severa en Japón

Desde que Renault tomó las riendas de Nissan Motor, en marzo último, todo el mundo sabía, el mercado bursátil el primero, que el plan de reestructuración era una pura cuestión de tiempo. El nombramiento de Carlos Ghosn como director general de la firma japonesa avalaba además la impresión de que la cirugía iba a ser severa y los cambios sumamente drásticos.A lo largo de estos meses de expectativa, en los que el valor de los títulos de Nissan se ha multiplicado prácticamente por dos, el anterior director adjunto de Renault no ha cesado de proclamar que "la única cosa no negociable, es la vuelta a los beneficios", pero sin desvelar en lo más mínimo sus intenciones.

Pasado el tiempo de aterrizaje, exploración y estudio, Carlos Ghosn ha presentado un plan a la altura de su reputación de "matador de costos", sobrenombre con el que ya fue bautizado a su paso por Michelin. La efectividad de sus métodos de organización y gestión le permitió vencer posteriormente el frente de escepticismo y rechazo que encontró inicialmente en la compañía automovilística Renault.

Entre los títulos que ostenta este antiguo ingeniero de minas de 45 años, francés de origen libano-brasileño, está el de haber superado el plan de ahorro de 20.000 millones de francos (medio billón de pesetas) que se marcó en la compañía automovilística francesa.

Con ese bagaje y la ayuda de la veintena de cuadros de Renault que se ha llevado consigo a Japón, el teórico número dos y, en la práctica, verdadero hombre fuerte de Nissan Motor, pretende darle la vuelta a la contabilidad de la firma japonesa como a un calcetín y presentar beneficios en marzo del próximo años 2001.