"Madrid tiene un gran papel cultural en Europa"
De todos los trabajos que ha desempeñado a lo largo de sus 88 años, Mario Monteforte Toledo (Guatemala, 1911) prefiere el oficio de escritor de ficción. Fue vicepresidente de su país en 1948; después, embajador en la ONU, catedrático de la Universidad Autónoma de México, es un reconocido experto en el barroco y, además, un consagrado estudioso de los indígenas guatemaltecos descendientes de los mayas. Pero él prefiere la literatura y todos sus caminos. Su última novela (ha publicado nueve), Unas vísperas muy largas, es un "viaje por el amor y la muerte sin pasar por la vejez". Mario Monteforte Toledo, exiliado de su país por más de treinta años, es invitado habitual de la Casa de América para disertar sobre la literatura y la situación social de América.Pregunta. Más de treinta años en el exilio es bastante tiempo...
Respuesta. El más largo de mis exilios duró 32 años. Pero a mí no me gusta la nostalgia; vivir pensando en lo que uno dejó en su país es como pensar en la mujer que dejó a los 18 años. De todas maneras, creo que adaptarse a otras tierras es difícil, porque significa perder un poco lo que uno es.
P. ¿Usted qué ha perdido?
R. La paciencia y quizá la tolerancia. Pero es un producto más de la vejez, de los años.
P. Cuando los críticos hablan del Nobel Miguel Ángel Asturias dicen que él partía de la imaginación, y usted, de la vida.
R. Yo creo una realidad literaria, un mundo propio con posibilidad de ser o no ser. En ese mundo, todo está movilizado por el trabajo. Eso de la inspiración es una zarandaja.
P. ¿Qué extrajo del estudio de los indios de Guatemala?
R. Yo creo que soy el único escritor que ha vivido entre los indios. Ellos llegaron a considerarme un igual.
P. ¿Qué visión tiene de ellos hoy?
R. Son lo más poderoso y lo más prometedor que tiene el país. Llevan más de cuatrocientos años de asedio y siguen ahí, conservando su cultura.
P. ¿Qué habría pasado si no hubiesen llegado los españoles a América?
R. Los quechuas del Perú dicen que la historia se inventa y el futuro se recuerda. Me llevó mucho tiempo entenderlo. Quiere decir que la historia la hicieron los blancos, se la inventaron. El futuro son los recuerdos, lo que los indios hubieran querido ser.
P. ¿A qué atribuye el que su obra no sea conocida aquí?
R. Ésa es una de mis grandes tragedias, pero no me resigno a ser desconocido en España.
P. ¿Qué es lo que más le atrae de este país?
R. Me interesa por su cultura. Pero lo que más me apasiona es Madrid, porque la he visto crecer y convertirse de provincia en ciudad, y luego, en gran urbe. Salir a la calle y oír acentos de todo el país e idiomas de toda la tierra es una muestra de ello. Es una ciudad con un desarrollo material importante, pero mucho más cultural. Ojalá no lo olvide; ése es su papel en Europa.
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