La visita de Zemin al Reino Unido, una pesadilla para el Gobierno Blair
El Reino Unido prepara la alfombra roja para el presidente chino, Jiang Zemin, que esta semana inicia una vista oficial, la primera salida al exterior tras los fastos del 50º aniversario que reforzaron su posición.Los funcionarios británicos encargados de prepararla están nerviosos; admiten que apenas "existe margen para un error". Asuntos delicados como el respeto de los derechos humanos, los disidentes o el Tíbet deben compaginarse con el hecho de que China es uno de los mercados más atractivos.
Zemin disfrutará del raro privilegio de disponer de una habitación en el palacio de Buckingham y recorrerá el martes las calles de Londres junto a la reina Isabel. Esa aparición pública representa el primer problema para el Gobierno de Tony Blair: diversas organizaciones preparan manifestaciones en su contra. Al comienzo de este año, Zemin, en un viaje a Suiza, tuvo que soportar varias demostraciones de rechazo. El presidente chino, muy molesto, dijo a las autoridades helvéticas que Suiza había "perdido a un buen amigo".
