HÉROE, Y NO VILLANO

La historia y el romancero han señalado a Vellido Dolfos, hijo de Dolfos Vellido, como un traidor de su tiempo por haber dado muerte al rey Sancho II cuando sitiaba la ciudad de Zamora, que gobernaba su hermana doña Urraca, allá por el año 1072. Nueve siglos después, en Zamora intentan poner las cosas en su sitio y quieren hacer justicia a su memoria. La pasada semana, en un acto que se repite desde hace cinco años, un grupo de zamoranos se reunió en torno a mesa y mantel para reivindicar su figura y aseverar que Vellido Dolfos no fue villano, sino héroe, ya que su magnicidio permitió librar a la ciudad y sus gentes del asedio del rey y hermano de la regenta zamorana. De su memoria queda un vestigio en la muralla medieval, el Portillo de la Traición, sobre el que El Cid estrelló la lanza que buscaba al magnicida. Sin embargo, los defensores de Vellido quieren algo más honorable, y en la reunión de este año han decidido pedir a las autoridades locales que la ciudad, que anda muy metida últimamente en colocar estatuas de toreros o religiosos, dedique un lugar a la memoria del libertador del cerco de Zamora, según apuntó Francisco Iglesias Carreño, uno de los fundadores del encuentro anual.- ,