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Hada madrina

NEGRITASANA L. ESCUDEROAntonio Caba, el alcalde socialista de Estepona, ha recuperado la confianza en los seres benévolos que pueblan los cuentos infantiles. Y si no lo ha hecho es porque no ha querido. Desde que gobierna se le aparece con cierta asiduidad un hada madrina llamada Junta de Andalucía. "No es una cuestión baladí", dijo cuando recibió esta semana a una delegación de siete seres con poderes benéficos en la sala de plenos. Y claro que no lo es: demuestra que la coincidencia de siglas con la Administración puede servir de mucho.

Siete delegados del gobierno en Málaga acudieron a hacer realidad los sueños del gobierno cuatripartito. Quieren un teatro. "Sea", dijo Rosario Torres, la encargada de Cultura. Y el encauzamiento del arroyo Melonar. Pues aquí tiene usted 450 millones recién salidos de la varita mágica de Carlos Morales, el titular de Obras Públicas. Pero es que también necesitan un colegio nuevo para los esteponeros más pequeños. Y el mago de Educación, Juan Alcaraz, se sacó de la chistera 250 kilos.

La magia no es contingente. Tiene, como todo en esta vida, sus razones. En este caso, según el delegado del Gobierno en Málaga, Luciano Alonso, se debe a que "en el municipio ya no habla la especulación, y el enriquecimiento rápido". Vamos, que las fuerzas del mal han sido borradas con las últimas elecciones de microclima esteponero. Probablemente han sido los mismo poderes que han hecho desaparecer a Jesús Gil Marín, el ex alcalde, de la sala de plenos.

"Quiero disculpar a don Jesús que no ha podido venir por cuestiones de agenda", dijo Juan José Zapico el portavoz de los giles en la última sesión plenaria. Los asistentes batieron sus mandíbulas al golpe de una carcajada. Los problemas de agenda tenían en este caso que ver con la huelga del AVE, según explicó luego ligeramente enrojecido. Pero los genios malignos, además de sufrir las consecuencias del parón ferroviario, aparcan en las plazas reservadas para minusválidos. Y así se lo recordó el concejal de Salud, Antonio Barrientos, a Zapico, para que sacara el coche de un lugar donde, a juzgar por su buena salud, no le correspondía.

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