ENCUENTRO EN LA ISLA

Por fin juntos. Fue en la madrugada del miércoles en Tenerife. Luis Miguel y Mariah Carey, mexicano él y norteamericana ella, han encontrado en la isla la intimidad que buscaban. Despejando ya cualquier duda sobre su noviazgo, Carey se ha desplazado hasta la isla siguiendo al cantante, que cierra el sábado su gira española. Ante los rumores que aseguran que la pareja podría reunirse en el escenario, la estadounidense aseguró a los periodistas allí concentrados: "Sí, es posible que cantemos juntos en Tenerife". La pareja no llegó en el mismo avión, pero casi. Procedente de Sevilla, Carey aterrizó quince minutos antes que su novio. Vestida con minifalda negra y un generoso escote, la estrella norteamericana tuvo unos segundos para atender a la prensa y a los pocos curiosos que pululaban por el aeropuerto Reina Sofía de madrugada. Decidió esperar al astro mexicano en una limusina estacionada en la terminal, en cuyo interior Luis Miguel desapareció tras los cristales. Tantas eran las prisas del cantante por llegar a la isla, que, para sorpresa de los presentes y suya propia, aún llevaba consigo el audífono con el que interpretó sus últimas canciones en el concierto de Zaragoza, ciudad que abandonó horas antes en su jet privado. Todos los gestos hablan de la buena salud de la que goza su idilio. No en vano, el último disco del intérprete mexicano, Amarte es un placer, está dedicado a quien pasa por ser la artista femenina que más discos ha vendido en esta década, con más de 90 millones de copias. Se besaron en público instantes antes de dirigirse al Gran Hotel Bahía del Duque, donde disfrutan desde el miércoles -después de mucho tiempo separados- de algo de tranquilidad y descanso.- ,