Las denuncias por agresiones y malos tratos a mujeres se redujeron a la mitad durante 1998
Las denuncias presentadas por malos tratos y agresiones sexuales a mujeres se redujeron a la mitad durante el año pasado en relación a la media anual de los seis anteriores. De las 1. 200 denuncias de promedio contabilizadas cada año desde 1992 a 1997, se pasó en 1998 a las 661 recogidas en las comisarías de las policías locales de las tres capitales de Euskadi y en las de la Ertzaintza. Sin embargo, la directora del Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde, Txaro Arteaga, puntualizó ayer que "el hecho de que bajen las denuncias no significa que disminuyan los malos tratos".
Así, se da la paradoja de que a pesar de que el maltrato doméstico se mantiene en los mismos niveles año tras año, las denuncias en las comisarías van a menos. Arteaga reconoce que las instancias implicadas en la lucha por erradicar los malos tratos deben "mejorar la recogida de datos", dejando entrever que la drástica reducción de denuncias puede deberse a un problema de deficiente recogida de datos.La directora de Emakunde compareció ayer ante la comisión de Mujer y Juventud del Parlamento vasco para comentar algunos aspectos del informe Violencia contra las mujeres elaborado por el instituto y exponer las actuaciones desarrolladas por él en relación a los incidentes en el Alarde de Hondarribia.
La directora explicó que son "muy pocos" los casos de maltrato doméstico y agresiones sexuales que se denuncian, entre un 10 y un 30%. "Se trata de mujeres que han dado el paso importante de aceptar la situación y hacerla visible", señaló.
Los malos tratos en el hogar es un problema que se produce en todos los grupos de edades, niveles educativos y socioeconómicos. "La violencia doméstica que sufren las mujeres", añadió Arteaga, "tiene su causa en la situación estructural de desigualdad real en la que se encuentran dentro de la sociedad" y no tanto en factores que pueden ser desencadenantes de la agresión, como el alcohol, el paro o la pobreza.
Según la directora de Emakunde, las mujeres permanecen junto a sus parejas más de diez años por término medio antes de dar el paso y denunciarles. A pesar de recibir intervención terapéutica, vuelven a la situación anterior: entre un 57% y un 78% de las mujeres vejadas y agredidas continúa con sus esposos o compañeros. "El maltrato comienza, normalmente, desde el principio de la relación y aumenta", indicó la responsable de Emakunde.
Los grupos parlamentarios se interesaron por la cobertura social que ofrecen las instituciones a estas mujeres y por el nivel de coordinación existente entre los diferentes organismos implicados en la erradicación de la violencia familiar. Arteaga recalcó que hay recursos "suficientes" para atender a las víctimas. "El nivel de coordinación es bueno, pero aún se puede avanzar más", zanjó.
Nuevas estrategias
Por otra parte, Arteaga aprovechó su comparecencia en el Parlamento para avanzar que Emakunde está trabajando sobre una nueva estrategia para abrir una vía de diálogo entre las partes enfrentadas por la participación de la mujer en el Alarde de Hondarribia. "Todo lo que se ha intentado hasta ahora ha fracasado. Hay que buscar nuevas fórmulas", señaló. La directora de Emakunde admitió que los poderes públicos no han defendido con la "suficiente fuerza y compromiso" la cuestión de fondo, es decir, el derecho de la mujer a participar en concidiones de igualdad en este acto.
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