Los armadores de Adra bloquean el puerto para exigir soluciones a la crisis de una conservera
Los armadores de Adra (Almería) mantienen bloqueada la bocana del puerto de este municipio desde las diez de la mañana de ayer, como medida de protesta por la crisis de la empresa conservera Opepesa a la que están vinculados como accionistas. La Organización de Productores de Pesca de Adra, S.A. (Opepesa) se constituyó en 1991 como una planta de congelación que ocupaba una superficie de 3.000 metros cuadrados. Años después, en enero de 1997, Opepesa comenzó una nueva andadura como empresa conservera, y muchos armadores decidieron participar como accionistas para lo que solicitaron créditos personales que avalaron con sus propias viviendas.
Sin embargo, las cosas no marcharon bien y la empresa ha llegado a acumular una deuda superior a los 600 millones de pesetas. Ahora Cajasur, Unicaja, el Banco de Andalucía y la Caja Rural reclaman el pago de esas deudas y ya han enviado requerimientos a los armadores para que hagan efectivo el dinero que se debe.
Esta situación, que afecta directamente a 52 armadores, venía larvándose desde hace tiempo y los afectados achacan la crisis a la una mala gestión de José Pomares, el que fuera presidente de la empresa y a su vez patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Adra hasta abril del presente año, cuando abandonó esos cargos.
A partir de ese momento los accionistas, en un intento de salvar la empresa, decidieron realizar una ampliación de capital de 50 millones de pesetas y crearon una especie de comité de crisis que preside José Antonio Carmona quien ayer anunció que los barcos no se moverán de la bocana del puerto hasta que se les ofrezca una salida que evite el embargo.
Los afectados aseguran que la situación a la que ha llegado Opepesa puede suponer la ruina de todo el sector pesquero de Adra, que agrupa a unas 200 familias. Todas estas familias aseguran ahora sentirse engañados por quienes manejaban la empresa.
El 28 de octubre de 1996 la empresa contrató como director-gerente a Klaus D. Piefkowski que fue despedido el 19 de enero de 1998. Este hombre, cuando comenzó a ver la situación en la que se encontraba la empresa, escribió unas cartas a las que ha tenido acceso este diario en las que explicaba que no estaba dispuesto a ser "el cabeza de turco". Piefkowski demandó a la empresa por despido improcedente y ganó el juicio.
Los armadores tienen previsto realizar un plante ante cada una de las cuatro entidades bancarias que les reclaman el pago de la deuda.
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