Matizaciones
En relación con la carta que el 6 de octubre de 1999 aparece publicada en su diario bajo el título Un vuelo de Iberia, en la que un avión con destino a Argentina no pudo despegar y que firma Carlos A. Ferrari, deseo hacer las siguientes matizaciones:En los más de 70 años que Iberia lleva volando, jamás un avión ha emprendido vuelo si no estaba en condiciones de hacerlo. Para Iberia, la seguridad es esencial, y para ello trabajan más de 4.000 personas que hacen que los aviones, sus equipos y motores estén siempre en perfectas condiciones para volar.
Y si el avión sufre alguna avería, son capaces de detectarla rápidamente y repararla en el menor tiempo posible con total garantía, como lo avalan las certificaciones de las autoridades aeronáuticas nacionales e internacionales. Precisamente, así se hizo en el caso que nos ocupa, de lo cual se informó adecuadamente y en todo momento a los pasajeros.
Por otro lado, creo que está más que demostrada la profesionalidad de los pilotos de Iberia, quizá uno de los pocos colectivos que semestralmente deben demostrar su capacidad física y técnica para desempeñar su trabajo.
Sin embargo, el pánico injustificado de unos pasajeros -conocedores de un accidente ocurrido en el aeropuerto Jorge Newbery días antes y, por supuesto, al que Iberia era completamente ajena- obligó a Iberia a retrasar sin necesidad ese vuelo y mantenerlo en tierra hasta el día siguiente y a alojar a los pasajeros en los hoteles que había disponibles en esos momentos.- . Delegado de Iberia en el aeropuerto de Madrid
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