"Soy parte importante de un proyecto nacional"
Pregunta. ¿Sigue Eduardo Zaplana en estado de gracia?Respuesta. El PP está en muy buen momento. En una etapa de normalidad las diferencias electorales no pueden ser muy marcadas. Se produjo una diferencia tremenda en 1982 por el hundimiento de UCD, cuando AP no era una alternativa real, sólo nominal. Se previó que podía producirse una situación parecida debido a la corrupción en el PSOE, pero no se produjo. En una etapa de normalidad que un partido le saque a otro tres, cuatro o cinco puntos es un éxito importante. Y no hay que aspirar a más.
P. El PP está a tres o cuatro puntos del PSOE, pero en la Comunidad Valenciana sacó 14 de ventaja.
R. Aquí las cosas han ido muy bien. Hemos sacado un resultado espléndido. Pero lo que más me importa es que somos el único partido que ha subido en las elecciones autonómicas en términos absolutos. Votando menos gente hemos sacado más votos que en 1995.
P. El PSPV, ¿contribuyó a esos resultados?
R. No. Asunción era un buen candidato según señalaron todos los periódicos y emisoras de radio. De lo mejorcito que tenía el PSOE, era el hombre renovador, el ministro que había dimitido y mantenía un impulso ético. Era un personaje político de ámbito nacional. Además, el partido socialista estuvo unido como una piña. Vino Felipe González a abrir campaña a Valencia. Pero una cosa es la imagen y otra medirse. Cuando uno baja al ruedo y está solo con el capote ya no vale el ingenio, hay que torear.
P. La mayoría absoluta, ¿es peligrosa?
R. No si se tiene claro que no se pueden hacer tonterías. Permite hacer las cosas con serenidad, pero no es un cheque en blanco.
P. ¿Qué espera de las elecciones catalanas?
R. Me gustaría que el PP fuera decisivo para formar gobierno por su posición parlamentaria. Un gobierno de Pujol con apoyo sería bueno para Cataluña y para el PP.
P. Y para el Arco Mediterráneo.
R. Para el Arco Mediterráneo, para normalizar las relaciones de Cataluña con España, para serenar algunos mensajes. Sería positivo para nosotros y para el conjunto de España.
P. La nueva estructura de su Consell invita a pensar en su lanzamiento a la política nacional.
R. Eso nadie me lo habrá oído a mí. Me ha parecido que ésta es una organización más útil y coherente. Los dos vicepresidente pueden hacer la labor que venían haciendo desde las consejerías horizontales con más tiempo, uno desde el ámbito económico y otro desde la coordinación.
P. Alberto Ruiz Gallardón ha aplicado un esquema similiar para ganar presencia estatal.
R. Ruiz Gallardón ha explicitado que tiene ambiciones y eso es muy legítimo. Yo no tengo esas ambiciones. Tengo la ambición de cerrar un ciclo exitoso en la Comunidad Valenciana. A veces perdemos el norte, ¡como si ser presidente de la Generalitat no fuera un cargo importantísimo que marca la vida de una persona! Y lo tratamos como si fuera una cuestión coyuntural, un paso para. Pero es lo más bonito desde el punto de vista político que me ha pasado en mi vida. Mi cargo colma mis ambiciones. Seguiré en política porque me encanta, pero creo que es bueno pasar de vez en cuando a un segundo plano.
P. ¿Ha multiplicado los altos cargos?
R. ¿Tenemos más competencias que en 1995? Muchas más. En Cataluña, País Vasco, Andalucía, Galicia, los que tienen el mismo techo competencial tienen muchos más altos cargos. Pero no quiero medir, tenemos los que se necesitan para ejercer unas competencias.
P. ¿En qué consiste el valencianismo integral que se planteó en el reciente congreso regional?
R. ¿La Comunidad Valenciana es una comunidad histórica? Sí. Tiene experiencia de autogobierno, tiene historia y cultura propias, lengua, lo que se llama hecho diferencial... La Comunidad Valenciana ¿con esa configuración, con su sentimiento, sabe de su pertenencia irrenunciable al proyecto nacional? Evidentemente. Frente a un excesivo centralismo producto del debate con algunos nacionalismos y frente a la reivindicación permanente y reiterativa, queremos aportar sentido común. Defender las señas de identidad no entra en contradicción con un proyecto nacional. La Comunidad Valenciana debe ser el espejo en el que se mire la articulación territorial de España.
P. José María Aznar advirtió en el congreso regional que el Estado no puede estar configurado por 17 tiendas. ¿Ese mensaje tenía una vertiente interna?
R. En absoluto. Nunca nos ha dado un toque de atención. Estoy de acuerdo con Aznar, aquí cada uno debe asumir sus responsabilidades. Yo no puedo mirar a Madrid cada vez que algo me sale mal. Miraré a Madrid, o a Bruselas, cuando tenga que hacerlo, pero yo aquí gestiono la sanidad, la educación, los servicios sociales, el Inem,...
P. ¿La tercera vía es una cuestión de equilibrio?
R. Es una posición doctrinal. Los partidos tienen que evolucionar y nosotros queremos ser parte importante de la evolución del PP a nivel nacional. Queremos hacer esa contribución desde una comunidad urbana, moderna, exportadora, con un temperamento abierto, mediterráneo. No defendemos la tercera vía de Tony Blair, pero sí el ejercicio de Blair. Desde la discrepancia, creo que ese ejercicio es bueno y necesario. Las posiciones políticas de hace 10 años están anticuadas: la expectativa de vida ha crecido, las necesidades asistenciales de la población son cada vez mayores, y eso requiere un cambio de mentalidad. No valen los esquemas estatalistas, no vale conformarse.
P. José Luis Olivas insinuó en el congreso regional que debería usted repetir como candidato...
R. No lo insinuó, lo dijo claro. Pero yo digo dos cosas. Uno: cumplo siempre lo que digo. Dos: no participo en los debates que no me interesan. Y no voy a propiciar que estemos cuatro años hablando de mi sucesión.
P. ¿Le insinuó usted lo mismo a Aznar?
R. El presidente no habla de esas cosas y hace muy bien. Va a ganar las elecciones dentro de cuatro días y sería absurdo pensar a estas alturas quién le va a suceder.
P. Usted fue ponente en el congreso nacional del PP, ganó las elecciones con una mayoría sin parangón pero, de repente, Aznar recuerda que el PP defiende un único proyecto nacional...
R. Yo formo parte importante de un proyecto nacional. El presidente de la Comunidad Valenciana es una persona importante en el ámbito de su partido. Y esa influencia la ejerzo encantado.
P. ¿Serán igual de apacibles los congresos provinciales?
R. Sin problemas. El poder une a los partidos, pero no es sólo eso. Los socialistas llegaron una buena mañana al poder y ahí se conocieron. Nosotros hemos pateado los pueblos, hemos tenido dificultades, lo hemos pasado mal, hemos tenido reveses electorales, hemos vivido la historia del partido. Nuestra relación está cimentada en compromisos en momentos de dificultad y eso cohesiona un partido.
P. Los nuevos estatutos del PP introducen una cláusula contra el transfuguismo. ¿Se siente aludido?
R. A estas alturas... ¡Pero si lo cuento yo y me da exactamente igual! En una coyuntura determinada, hace muchos años, yo propicié una moción de censura. Ese mismo año, el partido socialista propició seis en la misma provincia. Eso es malo. ¿Lo desterramos? ¡Ojalá! Lo que no puede ser es que cuando Nueva Izquierda se sale de Izquierda Unida, deja debilitado al grupo y su candidato se va al PSOE, eso sea un pacto de progreso fruto del debate ideológico. Y cuando María Ángels Ramón-Llin deja la consejería, deja la afiliación, y se va a la reserva a ver si nos salen bien las elecciones, eso está mal.
P. ¿Qué va a pasar con la Acadèmia Valenciana de la Llengua?
R. Yo preguntaría qué va a pasar con el PSOE.
P. ¿Está congelada?
R. No seamos derrotistas. El proceso es irreversible y se ha dado un paso fundamental. Llegó un momento en que el PSOE no podía dar el siguiente por problemas internos. Yo espero que se serenen, a ver qué pasa con el portavoz. Legitimidad tendrá toda, pero no la representación del partido mientras no sea secretario general. Yo lo he vivido cuatro años: que si "Romero no me ha llamado", que "Romero dice que sí pero ahora Ciscar no le deja". Era un jeroglífico.
P. Ante ese jeroglífico, ¿cabe la posibilidad de cambiar la ley?
R. En principio no, hay cosas que no puede hacer un partido solo.
P. En el caso de la reforma del Estatuto, ¿aspira a poder convocar elecciones?
R. Nuestro techo competencial está al nivel del que más, pero hay cuestiones de forma muy importantes y que yo defiendo: la definición de la Comunidad como nacionalidad histórica y la capacidad para disolver las Cortes. Son cosas que no cambian la vida de los ciudadanos, pero son importantes y hay que cambiarlas lo antes posible.
P. ¿Aceptará Madrid que usted pueda convocar elecciones?
R. Madrid está dispuesto a aceptar el compromiso que adoptemos de forma unánime en las Cortes, o al menos, el compromiso entre el PSOE y nosotros. El programa electoral elaborado en Madrid dejó una coletilla para admitir la reforma del Estatuto en la Comunidad Valenciana.PASA A LA PÁGINA 5
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