"NO ES UN CRIMINAL, SINO UN BOBO"

Las primeras informaciones hablaban de un cruel atraco. Políticos, sociólogos y psicólogos de São Paulo trataban de explicarse estos días qué había llevado a unos delincuentes a amputar la mano de su víctima para consumar el delito. En la denuncia ante la policía, Sebastião Rodrigues dos Santos, de 31 años, y su esposa Claudia declararon que el pasado martes tres hombres armados les habían asaltado y que, tras robarles 420 dólares (más de 60.000 pesetas) que acababan de obtener de un cajero automático, les obligaron a entregarles la alianza de Sebastião. Y que, ante la imposibilidad de extraerla del dedo, le cortaron con un hacha la mano a la altura de la muñeca y huyeron con ella. Cercados en los interrogatorios de la policía, sorprendida por las declaraciones contradictorias de la pareja y la tranquilidad con que relataba los hechos la esposa, los Rodrigues Dos Santos han acabado confesando la verdad: abrumado por las deudas, Sebastião pagó a su amigo Antonio Severino Silva para que ejecutase la mutilación que le permitiría cobrar tres seguros por lesión permanente que le reportarían 470.000 dólares (más de 70 millones de pesetas). Todo ello por el módico precio de menos de 25.000 pesetas. Según ha confesado su esposa, Rodrigues había amenazado en varias ocasiones con suicidarse para, con el seguro, zanjar sus deudas. Pero que vio la luz cuando se le ocurrió la brillante idea del atraco con amputación, porque eso les permitiría además hacerse con un capital. El comisario de policía Osvaldo Gonçalvez afirma que tan sólo se podrá procesar a Silva -que tras su detención declaró haber arrojado la mano metida en una bolsa de plástico a la basura- por lesión corporal grave, porque Sebastião ha denunciado un crimen falso pero no ha cometido estafa, ya que no ha llegado a cobrar el seguro. "Rodrigues no es un criminal, sino un bobo. Su conciencia habló más alto y no pudo sostener la farsa", comentó el agente.- ,