Periplo judicial
La figura de Mariano Rubio comezó a erosionarse a principios de 1992, cuando aparecieron las primeras informaciones sobre su presunta relación con una venta irregular de acciones de la empresa Sistemas Financieros a través del banco Ibercorp, gestionado por su amigo Manuel de la Concha.Como consecuencia de ello, el gobierno de Felipe González decidió no renovarle el mandato, en julio de 1992, y sustituirle por el entonces subgobernador de la entidad, Luis Ángel Rojo.
Desde que comenzó el caso Ibercorp, Rubio debió hacer frente a un rosario de comparecencias en el Congreso y en los tribunales, donde se le han atribuído supuestos delitos de fraude fiscal, cohecho, tráfico de influencias y uso de información privilegiada. Finalmente, en mayo de 1994, Rubio fue detenido por orden de un juez de guardia por supuestos delitos contra la Hacienda Pública y falsedad. Durante 15 días estuvo retenido en las prisiones madrileñas de Carabanchel y Alcalá-Meco. Su detención se desencadenó al conocerse que Rubio había realizado inversiones en una cuenta opaca mientras ocupaba su cargo de máximo responsable del Banco de España.
Tras una larga peripecia judicial, Mariano Rubio quedó finalmente excluido del sumario del caso Ibercorp, origen de sus problemas, aunque los delitos que se le atribuían quedaban incluídos en otra instrucción judicial, conocida como el caso Rubio, en el que se le atribuía al ex gobernador un trato de favor hacia el citado banco. Esta última instrucción se encuentra pendiente de juicio.
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