Pujol usa el castellano en su primera incursión en el cinturón de Barcelona
Jordi Pujol se sumergió ayer en el área metropolitana de Barcelona y se apartó de la Cataluña comarcal. Se imponía, por tanto, hablar en castellano, aunque tan sólo fuera por "deferencia", según precisó el presidente. Y utilizó el castellano para negar que en Cataluña existiera una "especie de guerra civil" por el tema lingüístico, para reclamar más poder político y fiscal y para apelar a una victoria suficiente que permita a CiU no depender parlamentariamente del PP o de los socialistas.
Convergència i Unió (CiU) se ha impuesto como estrategia política en esta campaña acentuar la presencia de sus dirigentes en el cinturón de Barcelona y en Tarragona, donde la coalición sufrió una sangría de votos (125.000 votos) en las pasadas elecciones municipales. En las poblaciones de Viladecans y Sant Feliu de Llobregat, donde Pujol habló en castellano, CiU montó un mitin a la catalana: bastoners, castellers, sardanas, un desayuno con butifarra y un almuerzo con fideuada. El objetivo era que los tres ejes básicos que estructuran el mensaje nacionalista llegaran al electorado con toda nitidez. Y Pujol empezó a hablar en castellano. "Lo hago por deferencia, aunque ya sé que me entendéis perfectamente en catalán", manifestó el presidente. Comentario que despertó un fervoroso aplauso. El castellano sirvió al presidente para negar que en Cataluña exista un conflicto lingüistico a pesar, dijo, de algunos comentarios periodísticos y de las declaraciones de los dirigentes del PP y del PSOE. Pujol dijo que los socialistas sólo hurgan en esta cuestión y los populares son monotemáticos. El segundo mensaje que el candidato a la reelección transmitió en castellano fue para reafirmarse en su reivindicación de más poder fiscal y político para Cataluña. Para estos casos, Pujol siempre se sirve de ejemplos del municipio que visita. De este modo reclama más dinero "no para la Generalitat", sino para construir aquella infraestructura que los vecinos de la población reclaman insistentemente. La tercera ocasión en que Pujol se separó del catalán fue para apelar a una amplia victoria en las elecciones del 17 de octubre que haga posible un Gobierno monocolor de CiU. "Los del PP nos harían pasar por el aro, y si tuviéramos que pactar con los socialistas nos quedaríamos tambaleando, sin base", afirmó.
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