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Entrevista:

"La pasión ya no es un tema para la literatura"

A la historiadora y escritora Lourdes Ortiz le gusta alternar en los temas y los tiempos sobre los que escribe. Después de haber tocado géneros tan diversos como la novela policíaca, el teatro, el ensayo histórico o erótico y la novela, ha decidido poner voz de mujer al relator de su nueva historia: un viaje, a la vez histórico y novelado, a la Roma de Nerón -el emperador que decretó la primera persecución contra los cristianos- a través de la figura de Acté, su fiel amante. La liberta (Planeta) trata de desmontar a partir de fuentes documentales la imagen de un Nerón maltratado. Pregunta. Su revisión de Nerón, ¿es más histórica o literaria? Respuesta. Es literaria en cuanto que es novela, pero la historiografía contemporánea rescata la figura de Nerón como gobernante. La liberta es una novela de ficción escrita a partir de hechos y personajes que aparecen en textos de Suetonio y Tácito, que cargaron las tintas en las cosas negativas o en los rumores. Era un emperador que quería formar un ejército de poetas, algo inconcebible en la Roma imperialista de la época. Prefería las justas poéticas a los combates de gladiadores. No podía ser admitido como buen gobernante, porque era un soñador. Eso es real. P. Los crímenes que se le atribuyen, ¿son también falsos? R. He pretendido ofrecer una mirada nueva a partir de los datos que dan las fuentes. Los mismos datos desde otro ángulo. Las ejecuciones del final de su reinado, cuando se sentía traicionado, son ciertas. Como cualquiera que detenta un poder omnímodo, disponía del poder de la vida y la muerte. Pero muchos otros son rumores sin confirmar. La truculencia se la añadieron después sus sucesores, y los cristianos. P. ¿Cree que las revisiones de personajes históricos responden a una exigencia de rigor, o también a una moda? R. En mi caso, no lo hice por moda. Me metí en el personaje y en la época, y encontré un Nerón posible y distinto. La hipótesis de que no se suicidó es en la novela pura ficción, pero la posibilidad es verosímil. Hay testimonios de nerones que aparecieron tras su muerte oficial, la del suicidio. P. Usted ha analizado la evolución del concepto de pasión desde la antigüedad. ¿Ha cambiado mucho? R. En el libro El sueño de la pasión me detuve a principios del siglo XX. Ahora hay muchas pasiones, pero no se puede dar la exaltación de la pasión de personajes como Ana Karenina o La Regenta. Ése es un estado que ya no existe. La novela de Kundera (La insoportable levedad de ser) sería el signo de nuestro tiempo. Las historias amorosas empiezan y acaban. Ya casi nadie se mata por amor, aunque se sufra. La pasión ya no es un tema para la literatura, que ve la relación amorosa como algo más pasajero.

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