Poder local
LUIS ÁNGEL HIERROCon las elecciones municipales de junio llegó el momento de renovar las asociaciones que agrupan a los poderes locales. La Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) y su homónima española FEMP son instituciones creadas mediante la asociación voluntaria de Ayuntamientos y Diputaciones, con objeto de buscar puntos de acuerdo en el ámbito local que permitan plantear demandas comunes ante el resto de las Administraciones y gestionar determinados proyectos que redundan en beneficio de los asociados. Ni la FAMP ni la FEMP pertenecen al poder ejecutivo, ni tienen atribuida ninguna función pública, simplemente son asociaciones voluntarias formadas por entes locales, que se rigen por sus propios estatutos. Tradicionalmente ambas instituciones han tenido una estrategia integradora, los cargos se han repartido según los resultados electorales de sus miembros y garantizando siempre la presencia de los partidos no ganadores. Sin embargo, con motivo de las últimas elecciones ha comenzado una nueva forma de ver las asociaciones que podrían poner ambas instituciones en peligro. Así, en la FEMP, al no estar todos los municipios afiliados y dado el escaso margen de diferencia entre PP y PSOE, a fecha de las elecciones resultaba mayoritario el PSOE, por lo que la Presidencia debía haber sido abandonada por la Alcaldesa de Valencia para recaer en un socialista. Sin embargo, Arenas dio la orden a todos los Ayuntamientos del PP de una afiliación masiva a posteriori, para impedir la salida del PP de la presidencia, creando una sensación de uso político de la asociación que muy bien podría terminar en la escisión. Por su parte, en la FAMP, donde la mayoría socialista es muy clara, la actual vicepresidenta, Celia Villalobos, alcaldesa de Málaga, ha querido utilizar la FAMP para poner en evidencia a los alcaldes socialistas de capitales de provincias, pidiendo que el presidente sea un alcalde socialista con mayoría absoluta. Cosa muy curiosa, ya que ella fue nombrada vicepresidenta de la FAMP cuando no tenía mayoría absoluta en Málaga y no se le ocurrió esgrimir esa condición. Mal irán las cosas para el poder local, si se hace política partidista en estos organismos.
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