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Tribuna:EL DEFENSOR DEL LECTOR
Tribuna
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La teta científica

La teta científica: o como coartada científica para una exhibición vengonzante de machismo.Mary Carmen Cejudo, desde Tenerife, acusa al periódico de estas prácticas. Se queja porque, en su opinión, se aprovechan las informaciones sobre cuestiones oncológicas, en general, y sobre el cáncer de mama, en particular, para publicar una fotografía en la que se muestra, en primer plano, un pecho femenino y una mano que explora.

La lectora formula el reproche sin ningún atisbo de mojigatería. Al contrario, ironiza y reta al periódico para que exhiba "unos buenos testículos", cuando se escriba, dice, del cáncer de próstata.

Su preocupación es inteligente, aunque drástica: la publicación de estos primeros planos de pechos femeninos le parece "de una gratuidad insultante".

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El Defensor ha trasladado la inquietud a Vicente Jiménez, redactor jefe de la sección de Sociedad, donde se incluyen las informaciones científicas y sanitarias, para que expusiese su opinión ante la queja.

Su respuesta sobre si la fotografía en cuestión tiene algo que ver con la información relativa al cáncer de mama es clara y concisa: "sí".

"La foto muestra", explica Jiménez, "una exploración de mama en el hospital Vall d"Hebron de Barcelona. Es decir, refleja una práctica habitual en el tratamiento preventivo de la enfermedad. Admito, sin ningún género de dudas, que tal información se podría haber ilustrado con una infografía o con cualquier otra foto relativa al tema, como sugiere la lectora, pero no porque crea que la foto en cuestión sea impertinente u ofensiva, sino porque, efectivamente, hay muchas formas de ilustrar cualquier tipo de información". Jiménez considera que "sería pertinente mostrar unos "buenos testículos" para ilustrar una información sobre cáncer de próstata, si el periódico hubiese utilizado una fotografía del pubis femenino o de la vagina para ilustrar un reportaje sobre cáncer de útero o de ovarios. No es el caso", afirma en su respuesta.

Vicente Jiménez entiende que "la exhibición del pecho femenino hace mucho que en este país dejó de provocar escándalo. Siempre y cuando detrás de su exhibición no se esconda una afán mercantilista, morboso o degradante para la mujer, utilizar imágenes del pecho femenino no necesariamente ha de ser de una "gratuidad insultante".

El problema que plantea la lectora tinerfeña es singular, porque tiene muy difícil respuesta, pero la lectora se siente insultada y demanda una opinión.

La posición del redactor jefe de Sociedad es irrepochable para el Defensor. No parece que se conculquen los valores sociales dominantes ni las pautas periodísticas por mostrar un desnudo durante una exploración médica.

Esos valores sociales, lo que desde una perspectiva jurídica podría llamarse "realidad social", son mucho más severos, o restrictivos, respecto a las zonas genitales.

Sin entrar en disquisiciones que están fuera de esta columna, parece obvio que la fotografía de unos testículos -como sugiere la lectora- o de un pubis femenino produciría un impacto mayor entre muchos lectores. Lo que no quiere decir que no se hayan publicado en alguna ocasión concreta y justificada, como pueda ser una exposición artística.

El cuerpo como reclamo

La utilización del cuerpo femenino como reclamo publicitario, o simplemente como coartada para captar la atención sobre cualquier asunto, venga o no a cuento la imagen, es algo suficientemente debatido, y el Defensor comparte un buen número de las denuncias de organizaciones feministas.Pero el reproche de la señora Cejudo se dirige a un posible abuso mucho más sutil: no se trata de utilizar un desnudo para informar sobre la olla exprés, por ejemplo extremo.

El Defensor ha querido pulsar la opinión de varias redactoras del periódico como una vía razonable para conocer la reacción profesional, desde el punto de vista femenino, ante la recriminación de la lectora. Suponiendo que algún colectivo no vea en la misma consulta una manifestación machista.

La mayoría coincidió al afirmar que, posiblemente, la señora Cejudo tiene razón, aunque sin explicar claramente el porqué. El Defensor está convencido, sin que tampoco sea capaz de ofrecer una conclusión firme, de que lo primario de las reacciones masculinas en este terreno -con todas las excepciones precisas- puede explicar la inclusión habitual de estas fotografías, irreprochables desde un punto vista profesional o deontológico, aunque confirmen la propensión al exhibicionismo del cuerpo femenino.

Dicho en claro y sin remilgos: un buen pecho tiene un impacto inmediato, sólo inmediato, superior al de un buen titular, o al de una entradilla informativa elaborada con la suficiente destreza como enganchar la atención de los lectores.

Los responsables de la decisión negarán haber obrado por tales motivos al elegir la ilustración y su negativa será sincera.

La realidad, y en eso la lectora se agarra a la evidencia, es que la foto del pecho es mucho más frecuente -por cierto, casi siempre la misma, lo que resulta escasamente profesional- que cualquier otro tipo de ilustración.

Puede que las razones profundas de esta recurrente elección hubiese que buscarla en los manuales de Psicología, más que en las normas profesionales del periódico. Pero eso es algo que el Defensor aventura con toda cautela y sin el menor propósito de diagnóstico. Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electrónico (defensor@elpais.es), o telefonearle al número 91 337 78 36.

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