Guerra abierta en Chechenia Tropas rusas entran por tres frentes en la república rebelde
Moscú ha bombardeado ya 40 aldeas y dos hospitales, según el Gobierno independentista
ENVIADO ESPECIALLa guerra abierta ha comenzado. El presidente checheno, Aslán Masjádov, lo dijo así de rotundo a las 8.30 de la noche de ayer, una hora menos en la España peninsular, y aseguró que la artillería y la aviación rusas han borrado completamente del mapa 40 aldeas, y que en Grozni, la capital chechena, dos de los tres hospitales han sido alcanzados por las bombas. Tropas del Ejército ruso entraron ayer por tres frentes en territorio de la república norcaucásica independentista. Pasa a la página 5
Bombardeos masivos
Los chechenos prometen que defenderán hasta el último palmo de su territorio del ataque ruso
La televisión chechena mostró ayer el trágico espectáculo del efecto de los bombardeos masivos rusos: mujeres aullando de dolor por sus hijos muertos, casas destruidas, muerte, lágrimas y destrucción por doquier. Gambiyev prometió que los chechenos se van a dedicar nuevamente a lo que dijo que es su ocupación favorita, practicada ya con mucho éxito en la primera guerra: derribar a los aviones rusos. Y en cuanto a los tanques, señaló: "No sé cuántos tanques entrarán en Chechenia, pero sí sé cuántos destruiremos: todos".Ayer las bombas cayeron otra vez sobre Grozni, por décimo día consecutivo. La última de ellas, según fuentes militares, cayó hacia las cinco de la tarde. Pero es difícil notar el efecto de estos nuevos bombardeos sobre la ciudad. Sobre todo, porque Grozni no parece ni siquiera una ciudad, sino un esqueleto de lo que una vez fue la capital de Chechenia, un conjunto dantesco de solares vacíos, algunos llenos de escombros y edificios con agujeros tremendos e impactos de bala y metralla. La mayor parte de este escenario es antiguo, de la guerra desarrollada entre diciembre de 1994 y julio de 1996, que se cobró cerca de 100.000 vidas y terminó con una humillante derrota del Ejército ruso. Los chechenos dicen ahora que están dispuestos a dar una segunda lección al heredero del en otro tiempo invencible Ejército rojo.
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