Percepción distorsionada
Existe una percepción distorsionada de la sociedad española.A través de los medios de comunicación estamos convencidos de que nuestro nivel económico es similar al de otros países europeos, países del norte de Europa se entiende, sin querer aceptar que gran parte de nuestro bienestar se debe al colchón que tradicionalmente proporcionan las familias en los pueblos del sur; sin un soporte familiar que acogiera a los parados eternos, a los enfermos crónicos, a los ancianos, a los jóvenes que no encuentran trabajo y que no tienen el nivel ecónomico suficiente como para poder independizarse, los ocho millones de pobres que, según Cáritas, tiene España serían mucho más visibles. En una población de 40 millones es una cifra escandalosa.
He visto un reportaje en televisión: las personas mayores de 45 años que se quedan en paro no pueden encontrar un trabajo; las empresas dan la jubilación anticipada a trabajadores con 52 años, de tal forma que sus años de experiencia, que podrían ser aprovechados, se pierden. Si con el incremento de la esperanza de vida les quedan al menos 20 años por vivir, ¿qué van a hacer con todo ese tiempo?
Aunque existe una gran cantidad de gente que malvive, es cierto que de forma general no se pasa hambre, que la miseria no es tan evidente como en los cincuenta, pero existe una gran masa de personas descontentas, defraudadas e insatisfechas. Al mismo tiempo, numerosos políticos suelen dar una penosa imagen de lucha por sus propios intereses personales (escribo esto recordando los resultados electorales del GIL y porque Mario Conde, al mismo tiempo que ha editado una revista es candidato a la presidencia del Gobierno por el CDS). Creo que los partidos políticos están teniendo una extraordinaria miopía.- . .
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