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Ezqizofrénicos

¿Quiere China, tras la implosión del bloque soviético, que el adagio según el cual el comunismo en el poder sólo tiene futuro desapareciendo se revele falso demostrando que puede transformarse? Éste es el gigantesco reto de los dirigentes chinos, que, aunque están divididos, saben que, si se enfrentan, se arriesgan a perecer. (...) El síndrome Gorbachov ha sido y sigue siendo determinante entre la nomenklatura china. Aún hoy, en Pekín se considera la época de glasnost y perestroika como el catálogo de errores a evitar. (...) Desestabilización, disturbios, caos y disolución en el gigantismo forman lo esencial de las pesadillas de los responsables chinos, convencidos de la necesidad de reformar el sistema económico y social, pero bajo sus condiciones. En pocas palabras, seguir siendo dueños del tiempo y de sus súbditos. Que una parte de éstos se transforme en empresarios y consumidores, muy bien, pero, ante todo, que no sean ciudadanos con derechos elementales. La política (...) tiene que seguir siendo terreno reservado. Al ritmo al que avanzan las cosas, esta receta exigirá una o dos generaciones. (...) Puede engendrar una peligrosa esquizofrenia entre los chinos, que, siendo admitidos en la antecámara de la modernidad, estarán excluidos de la esfera de decisión; y la frustración impotente de los que saben que nunca serán admitidos. En estas contradicciones están las incógnitas más grandes de la ecuación, ya que la tentación de los nuevos emperadores (...) será la de explotar una de las plagas de la humanidad: el nacionalismo y el culto a la fuerza que lo acompaña. , , 1 de octubre

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