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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Jueces o dioses

El reciente auto de la Sección 2ª del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, permitiendo la práctica del pluriempleo en el taxi a otro funcionario, obliga a reflexionar sobre comportamientos profesionales de algunos magistrados. Se entiende que antes de emitir un auto de tales proporciones, los responsables de tal cometido han de tener en cuenta los efectos positivos y negativos que dicha decisión conlleva, máxime cuando es de obligado cumplimiento y pronta ejecución.La inmensa mayoría de los taxistas somos escrupulosos en el cumplimiento y acatamiento de las diversas normas, reglamentos o leyes que regulan tanto la titularidad como la explotación de esta actividad, el que exista una minoría que en todo momento trastoca el espíritu de las leyes, pretendiendo obtener beneficio de su infracción en lugar de su cumplimiento, y que dicha práctica cuente con el beneplácito de un órgano judicial pone en tela de juicio la objetividad e imparcialidad de ciertos magistrados. En demasiadas ocasiones el egoísmo de los particulares debe ser refrenado en favor del interés público, y no sólo por cuestión de conveniencia, sino por razones de equidad, armonía y sobre todo de justicia.

Es posible que algunos funcionarios no ganen lo suficiente, algunos jueces parece que tampoco, como tampoco lo ganamos los taxistas; pero recurrir por parte de un empleado público del Ayuntamiento de Madrid a la práctica del pluriempleo en un taxi que otorga o transfiere de forma limitada el mismo Ayuntamiento, cuando menos se antoja un acto de favoritismo y privilegio al que no pueden acceder la mayoría de los ciudadanos. Si existe un Reglamento 763/1979 para nuestro sector y en su artículo 17, entre otras cosas, se afirma con absoluta claridad que: el titular de una licencia de taxi debe explotarla "en régimen de exclusiva dedicación y de incompatibilidad con otra profesión", es para que se cumpla no para que se infrinja.

Nos reconoce el clásico Prudencio "la toga me enseñó a mentir, no sin culpa de mi conciencia". Por otra parte en el Éxodo se afirma que hubo un lugar y una época en la historia en la que los simples jueces fueron tenidos por dioses. Mucho nos tememos que algunos magistrados todavía no han terminado de poner los pies en la tierra.- . Presidente de la Federación Profesional del Taxi. .

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