El control a distancia de la policía francesa

EL PROCESO DE PAZLa policía francesa ha controlado todos los movimientos que ha realizado el aparato militar de ETA durante el año de tregua y ha podido demostrar que cada iniciativa de la banda relacionada con su reestructuración y aprovisionamiento operativos era seguida a distancia por los servicios galos.Los cinco golpes policiales asestados en Francia a la banda terrorista durante los doce meses de alto el fuego han logrado así agudizar la fragilidad militar de ETA, que pese a su decisión de proclamar una tregua indefinida, no había renunciado a mantener la dirección política del movimiento abertzale y su poder de coacción con sus comandos y sus armas engrasados.

La detención de tres etarras ayer en Idron, y la recuperación apenas 48 horas después de parte del botín de dinamita que había robado un comando, evidencia hasta qué punto ETA está controlada y cómo cualquier intento de demostrar capacidad operativa, por muy incruento que éste pretenda ser, puede volverse contra la organización armada que, lejos de mostrar una anhelada fortaleza, está exhibiendo más que nunca su debilidad.

Esta contradicción le sobreviene precisamente cuando ETA había sentido la necesidad de volver a exhibir su capacidad de intimidación porque sus expectativas políticas estaban resultando frustradas, una situación que agudiza aún más su debilidad. La tregua de ETA no ha supuesto un respiro en esta permanente tensión. Ni ETA ha querido que sus comandos se crucen de brazos, ni la policía se ha quedado quieta. Las otras cuatro operaciones policiales en Francia han sido certeras y nada casuales.

La de José Javier Arizkuren, Kantauri, el 9 de marzo, junto a otros activistas en París, es la más importante y desactiva al jefe militar y al aparato internacional de ETA. Esta detención origina también la del incipiente comando Donosti, recién reorganizado, en España. El 4 de abril, la policía revienta en Bayona el almacén de explosivos que ha preparado ETA junto a la frontera y, justo un mes más tarde, descubre un doble zulo de armas, en Ciboure.

En agosto, después de que ETA comunicara al Gobierno que no habría una segunda reunión, detienen en Tarbes a Joaquin Etxeberria, el emisario de Mikel Antza.