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EL PROCESO DE PAZ

El disparo que lanzó a la gente contra ETA

Jon Bienzobas provocó con el asesinato de Tomás y Valiente la primera gran repulsa popular contra el terrorismo

Uno de los etarras más buscados por la policía ha dejado de ser una foto en un cartel. Desde ayer, el hombre que desde hace más de tres años mira desde sus gafas y esboza una media sonrisa ha dejado de ser un trozo de papel. El trozo de papel que el entonces ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, blandió airadamente ante el depósito de cadáveres de Madrid donde yacía el cuerpo sin vida del ex presidente del Tribunal Constitucional Francisco Tomás y Valiente. "Mírenlo. Es importante que los ciudadanos tengan grabada esta cara, la cara del asesino, porque es imprescindible que todos nos convirtamos en colaboradores directos de la policía para capturarlo". Después, Belloch mostró insistentemente a las cámaras de los periodistas el retrato de Jon Bienzobas Arretxe, Karaka.Era el 15 de febrero de 1996 cuando el entonces superministro Belloch dejaba escapar toda su "rabia infinita" por la muerte de Tomás y Valiente. 24 horas antes, un pistolero había entrado en su despacho de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid y le había descerrajado tres tiros en el rostro a quemarropa.

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Al pistolero se le puso inmediatamente un nombre -Bienzobas- tras los testimonios de profesores y alumnos. Y el llamamiento de Belloch a la colaboración ciudadana se tradujo en varios miles de llamadas y sacó a la calle a cientos de miles de personas en toda España, en lo que constituyó la primera gran explosión popular y espontánea de repulsa al terrorismo. Manos blancas contra ETA.

La policía persiguió desde ese momento a una sombra cuya existencia sólo fue constatando a través de unas débiles huellas suyas localizadas en un piso franco de la calle del General López Pozas, de Madrid, descubierto en enero de 1997. La vivienda era una más de las utilizadas por el comando Madrid de ETA. Pero la policía llegaba siempre tarde. Durante años ha pisado los talones a una sombra.

El juez Baltasar Garzón ordenó su captura y decretó su procesamiento el 13 de octubre de 1998. Según el auto judicial, Bienzobas es el supuesto asesino de Tomás y Valiente, un atentado planificado, según Garzón, como parte de una ofensiva terrorista ordenada por ETA para desencadenar un situación de terror que incidiera en el desarrollo de las elecciones generales del 3 de marzo de 1996, en las que obtendría el triunfo el PP de José María Aznar.

Durante años, Bienzobas sonreía desde los 20.000 carteles editados por Interior, junto con su breve descripción física: "Tiene 1,74 metros de estatura, de complexión delgada y habitualmente usa gafas". La policía empezó a pensar que el fugitivo estaba en Francia, encuadrado en el denominado aparato de logística (la red encargada del aprovisionamiento de armas y coches). Y ayer la sospecha se confirmó: Bienzobas fue detenido por las autoridades francesas cuando huía junto con Miren Argi Perurena en un Peugeot 306 por las proximidades de Pau.

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La captura de Bienzobas, de 29 años, natural de Bilbao, pone punto final a un largo historial que se inició en 1989, cuando supuestamente se integró en un grupo satélite del comando Vizcaya. En agosto de ese año, pasó definitivamente a la clandestinidad tras ser sorprendido por la Policía Municipal de Leioa cuando intentaba robar una furgoneta con otro individuo. En una bolsa abandonada por la pareja, la policía halló una documentación a nombre de Bienzobas y un revólver que alguien había empleado para asesinar el 10 de junio de 1990 al vecino de Getxo Rafael San Sebastián.

A principios de 1994, se incorporó al comando Madrid, un grupo que durante los últimos años ha perpetrado algunos de los atentados más sangrientos de ETA. Pero aún hoy, el Ministerio del Interior no puede precisar en cuál de ellos participó supuestamente el escurridizo Bienzobas, cuyo rastro se pierde en Madrid a mediados de 1996. No obstante, el juez Manuel García Castellón dictó contra él, el 13 de junio de 1996, una orden de busca, captura e ingreso en prisión al considerarle presuntamente implicado en el atentado de Córdoba que costó la vida al sargento del Ejército Miguel Ángel Ayllón, el primero de la etapa de Gobierno de Aznar.

Miren Argi Perurena, de 28 años, la mujer detenida ayer en unión de Bienzobas, es hija de Vicente Perurena Telletxea, un hombre asesinado en 1984 en Hendaya (Francia) por los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). Profesora en Cambo Les Bains (Francia ) y sobrina del ciclista Txomin Perurena, fue detenida en marzo de 1997 por orden de la juez antiterrorista Laurence LeVert como sospechosa de servir de enlace entre ETA y grupos radicales franceses. Pero quedó poco después en libertad. Actualmente no tiene ninguna causa pendiente en la Audiencia Nacional.

El tercer detenido en Pau en el curso de las investigaciones sobre el robo de ocho toneladas de dinamita es Francisco Segurola Mayoz, de 45 años, natural de Usurbil (Guipúzcoa), que el 17 de noviembre de 1995 fue procesado por su presunta participación en un atentado contra el cuartel de Loyola el 24 de junio de 1991.

Segurola, al que la policía relacionó con el comando Kiruli, un grupo formado en 1985 que actuó de forma intermitente hasta su desarticulación, es hermano de José Luis Segurola, miembro de los Comandos Autónomos Anticapitalistas que murió el 13 de agosto de 1983 al estallarle la bomba que estaba manipulando. Otro de los supuestos miembros del comando Kiruli, José María Aranzazistroke, falleció el 21 de agosto de 1990 al ser alcanzado por la explosión de una bomba en un centro comercial.

La policía relaciona al Kiruli con tres asesinatos, pero no ha logrado acreditar si Segurola participó en ellos. Sin embargo, la Ertzaintza sospecha que Segurola pudo ser uno de los integrantes del grupo que el 8 de junio de 1995 mató en San Sebastián a Enrique Nieto, jefe de la Unidad Antiterrorista de Guipúzcoa. La descripción física del terrorista coincidía con la de Segurola, según dijo entonces la policía autónoma vasca.

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