Llegan al mercado los últimos discos de Utikan y Los Miserables
Entre las novedades de la compañía discográfica pamplonesa Gor, acaba de llegar al mercado el séptimo elepé del grupo chileno Los Miserables. Se llama No transar, pero es exactamente el mismo trabajo que se publicó hace casi un año en Chile bajo el título de Miserables; el primero para Bizarro Records, filial de la multinacional Warner Music, tras un lustro ligado al sello independiente Alerce. El disco en cuestión se grabó en la localidad navarra de Esparza de Galar -"un lugar que nos motivaba por la lucha independentista", ha declarado el cantante Tribi-, bajo la supervisión técnica de Marino Goñi, regente de Gor. Allí, el quinteto de Santiago de Chile registró 16 canciones entre las cuales hay ska punk que les emparenta con grupos como Kortatu, rock rapeado y enérgico funk rock a la Molotov, hardcore, reggae, punk rock que recuerda a los trasnochados paladines del rock radikal vasco (no en vano, Goñi fue el productor elegido porque "es como el padre del movimiento radical vasco") y, en ocasiones, a Reincidentes. Parapetados por esa variedad de estilos, estos "cinco sudacas revolucionarios" (así se definen a sí mismos en una de las canciones de No transar) aseguran "reírse de la sociedad" con un repertorio pleno de insatisfacción e inconformismo que aborda cuestiones como la contaminación, la xenofobia, la pobreza y las diferencias sociales. Diez años después de su nacimiento, Los Miserables son hoy una banda reputada dentro de la escena punk rock de su país. Desde 1993, año en que vio la luz el disco Futuro esplendor, el conjunto ha puesto en circulación siete elepés y ha visto engrandecida su fama como promotor de iniciativas que ratifican su compromiso social. Entre ellas destaca un concierto en el cual las entradas estaban a disposición del público a cambio de 500 pesos o de un libro, que serían donados a la biblioteca municipal de Lo Prado. Recolectaron 400.000 pesos y 1.200 textos. Adios al "heavy" También acaba de llegar al mercado el segundo compacto de Utikan para el sello guipuzcoano Oihuka. Grabado en un estudio movil instalado en su propio local de ensayo, se titula Zurrunbiloan (En la vorágine), pero bien podía haberse llamado Adios al heavy, ya que el conjunto se ha liberado del rígido corsé metal que le maniataba en su estreno discográfico. Ahora ofrece canciones vivaces que inciden en melodías pop y se guía por guitarras eléctricas que, siendo fuertes, huyen del exhibicionismo metálico. Aunque debutó hace sólo un par de años con un disco dedicado al destino, el quinteto donostiarra lleva en activo desde 1987. Desde entonces ha puesto en circulación cuatro maquetas y dos elepés, y ha compartido escenario con grupos como Extremoduro y adalides del llamado metal euskaldún como Su Ta Gar, E.H. Sukarra, Etsaiak y Latzen.
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