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El SPD frena su caída en las urnas a pesar de perder dos alcaldías

Pilar Bonet

La Unión Cristiana Democrática (CDU), el principal partido de la oposición gubernamental alemana, conquistó ayer las alcaldías de Colonia (la cuarta ciudad del país) y de Düsseldorf, la capital de Renania del Norte-Westfalia, pero los socialdemócratas retuvieron Dormund, uno de los grandes bastiones del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) en la cuenca del Rin, y Bonn, la ex sede del Gobierno federal. Por primera vez, el SPD dio síntomas de frenar el deslizamiento cuesta abajo que caracterizaba su intervención en las urnas desde febrero, cuando fue derrotado por la CDU en los comicios regionales de Hesse.

La CDU será el principal partido en los municipios de Renania del Norte-Westfalia, como confirmaron ayer las elecciones de desempate que completaron las celebradas hace 15 días en aquel land de tradiciones socialdemócratas. Los demócrata cristianos, no obstante, no lograron arrasar y el SPD mostró que podía presentar batalla, aunque sólo fuera para competir por unas décimas con rivales políticos que parecían invencibles hace dos semanas o para situar sus alcaldes al frente de consistorios que ya tienen mayorías adversas.La socialdemócrata Bärbel Dieckann volverá a ser alcaldesa de Bonn, pero la coalición rojiverde de aquella ciudad será sustituida por una mayoria de la CDU. En Dormund, el alcalde socialdemócrata tendrá que verselas con alianzas puntuales de los Verdes y los Demócrata-Cristianos, que en conjunto constituyen una mayoría. El SPD, que gobernó 43 años en Colonia, tuvo que retirar su candidato (acusado de utilizar información privilegiada), pero la candidata verde a la que apoyaban, Anne Lütke, logró un 45,2% de los votos, frente al 54,8% obtenido por el demócratacristiano Harry Blum.

Vientos propicios

"En Renania del Norte-Westfalia existen todavía los socialdemócratas", dijo el jefe de la organización del partido en esta región y secretario general del SPD, Franz Müntefering, resumiendo el estado de ánimo que le embargaba y que trasmitían sus compañeros de partido. En el norte de Alemania, los vientos eran también más propicios al SPD y en las elecciones municipales celebradas en Bremenhaven, en las cercanias de Bremen, el SPD se impuso ayer a la CDU, que venía gobernando la ciudad en coalición con los liberales.

La crítica y la repulsa eran ayer las primeras reacciones de la socialdemocracia alemana ante la primera entrevista dada por el ex presidente del SPD, Oskar Lafontaine, desde su dimisión el 11 de marzo. Lafontaine, que ha cobrado 800.000 marcos 868 millones de pesetas) por la publicación de sus memorias, manifestaba al periódico Die Welt am Sonntag que abandonó su puesto "porque fundamentalmente no estoy de acuerdo con Gerhard Schröder ni en estilo político ni en contenido político". Lafontaine afirmaba también que la evolución negativa que afecta al partido se inició después de su retirada y sostenía que las derrotas electorales sufridas por el SPD se hubieran podido evitar "mediante la continuación de la política que mantuvimos durante los primeros meses". "Se tomaron una serie de decisiones que considero incorrectas y que no quise compartir", señaló. "La política que parte de los medios de comunicación elogian erróneamente como modernizadora, se ha venido realizando durante seis meses. La reacción de los electores es clara e inequívoca", sentenció el político.

Elogio a la política francesa

Lafontaine tuvo palabras de elogio para la política de Francia, el país con los mejores índices de crecimiento económico entre los socios europeos más importantes. En su opinión, la disposición a la reforma se combina allí con una actuación económica meditada y un esfuerzo por sanear las finanzas del Estado. Lafontaine dijo que los autores del manifiesto suscrito por el canciller Schröder y el jefe del gobierno británico, Tony Blair, no habían leido a Anthony Giddens, el téorico británico de la Tercera Via. Entre quienes censuraron ayer las declaraciones de Lafontaine se cuenta Johannes Rau, el presidente federal, según el cual la "puesta en escena" de Lafontaine ha sido organizada por editores y periodistas con intereses comerciales. En medios del SPD se oían ayer voces para que Lafontaine renuncie al carné de militante del partido.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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