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EL PROCESO DE PAZ

Arzalluz asegura que al PP y al PSOE no les interesa la paz hasta pasadas las elecciones

El PNV celebró ayer el Alderdi Eguna, Día del Partido, en un clima muy alejado de la euforia que presidió la edición anterior, recién anunciada la tregua de ETA. El año transcurrido ha hecho aflorar roces con sus socios y diferencias internas sobre el camino emprendido. Ayer, el lehendakari, Juan José Ibarretxe, dijo que éste es el correcto, aunque pueda discutirse su velocidad, mientras el líder del PNV, Xabier Arzalluz, arremetió contra el PP y el PSOE, a los que acusó de no tener interés por la paz hasta que pasen las elecciones generales, y les advirtió de que con o sin ETA el problema vasco será el mismo.

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El esfuerzo movilizador que cada año realiza la organización peneuvista no defraudó, y las bases del PNV, al margen de las desavenencias en las alturas, respondieron: viajaron a Vitoria, se juntaron, discutieron por las sillas mejor emplazadas, escucharon y aplaudieron a sus líderes y se dispersaron luego por las más de 30 casetas instaladas en la explanada para ver a sus dirigentes sirviéndoles un pincho desde dentro de la barra. Las críticas del anterior lehendakari, José Antonio Ardanza, a los acuerdos del PNV con EH estuvieron presentes en el ambiente. La atención se centraba en los intercambios de miradas y en el momento, que no se produjo, de su encuentro con Xabier Arzalluz.Habló primero Ibarretxe, porque la fiesta es del partido, lo que convierte ese día al lehendakari en el telonero del presidente peneuvista. Su discurso fue, en lo sustancial, el que realizó en el Parlamento el viernes. Reiteró su empeño por "discutir en una mesa con tolerancia" de las cosas que dividen a los vascos. Estas diferencias han existido antes y durante la historia de ETA, y las seguirá habiendo depués de ella. "Mi sueño es una Euskadi en la que todos tenemos sitio", afirmó. Quiso restar dramatismo a la existencia de diferencias y estimó necesario que el PNV "acompañe al MLNV [Movimiento de Liberación Nacional Vasco] en su paso a un nuevo escenario". Pero recordó a los abertzales radicales que "la construcción nacional se fundamenta en la construcción social", y añadió: "En eso les llevamos veinte años de ventaja", dijo refiriéndose al tiempo de vigencia del Estatuto de Autonomía. Ibarretxe afirmó estar apuntado sólo a un frente: el del respeto a lo que decidan los vascos sobre su futuro. "El camino que llevamos es el que tenemos que llevar. Discutamos sobre la velocidad, pero no sobre el camino, porque es el correcto", fue la única frase que arrancó el aplauso de Arzalluz, sentado tras él.

El líder del PNV dirigió sus mensajes tanto a los partidos constitucionalistas y al Gobierno central como al mundo de ETA y HB, y reclamó expresamente para su partido la "centralidad" en la política vasca que tanto el PP como el PSE le disputan, al haber abandonado el PNV, según socialistas y populares, ese espacio para pactar con EH. "Somos los únicos que podemos hablar con todos y eso es la centralidad", dijo. Arzalluz retó al PP a explicar por qué no habla con EH, que no lleva pistolas, y sí lo hace con la propia ETA. A los líderes de ese partido y a los socialistas vascos les criticó su dependencia de Madrid: "Dicen que son vascos, pero sólo hacen lo que les dicen porque todos sueñan con ser ministros. Por eso no se sientan a hablar".

Los dos grandes partidos, afirmó, dejan de lado el problema vasco porque de él sólo les interesan los votos y "aunque un partido sin votos es sólo una sigla, igual que un banco sin dinero es sólo un local, los que sólo se preocupan de los votos no son políticos, son carroñeros, como el banco que redondea su cuenta de resultados blanqueando dinero de la droga". "No les interesa la paz antes de las elecciones generales", clamó el líder peneuvista.

Arzalluz animó a su militancia a reflexionar sobre las razones de que el PSOE luche por desplazar al PP en todas partes menos en Euskadi -y en Ceuta y Melilla, apostilló- y dio su propia explicación: el PNV ha dejado de ser dócil. Aceptó que no se pague a ETA un precio por la paz, pero advirtió de que con ello no se acabará el problema: "La autodeterminación no la inventó ETA y la ilusión de una Euskadi unida, desde el Adour [río al norte del País Vasco francés] hasta el Ebro no la han traído ETA, ni el MLNV, ni HB". "Es nuestra de siempre y las nuevas generaciones la tendrán en el ojo y en el corazón", subrayó. También reivindicó la Declaración de Lizarra, que no es "el infierno de Dante" sino "el Plan Ardanza con algunos adornos".

El presidente del PNV no olvidó a "los 600 presos de ETA" y los viajes de sus familiares. Tampoco a "otros asesinos" a los que "no se les aplica el mismo código". Mencionó los casos Brouard y Liaño, que a su entender sólo obedecen al deseo de desprestigiar a este juez para cuando llegue el momento del caso Lasa-Zabala borrarlo fácilmente del mapa; aludió a las "romerías a Guadalajara", en referencia a las visitas de dirigentes socialistas al exministro del Interior José Barrionuevo y al exsecretario de Estado Rafael Vera, y parafraseó al expresidente italiano Francesco Cossiga para afirmar que "un Estado vengativo no es un Estado democrático".

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