El Gobierno evitará por ley que Gil controle el urbanismo en Ceuta

El Gobierno quiere parar los pies a Jesús Gil y Gil en Ceuta y Melilla antes de que sea demasiado tarde. La llegada de su partido a la presidencia de Ceuta y la posibilidad de que también se haga con importantes áreas de poder en Melilla han llevado al Gobierno a promover una reforma legal urgente para impedir que el alcalde de Marbella apruebe sin control alguno nuevos planes de urbanismo en ambas ciudades. El proyecto prevé que sea el Ministerio de Fomento el que dé o no luz verde a esos planes.

De acuerdo con la legislación actual, los ayuntamientos elaboran sus planes generales de ordenación urbana, y, posteriormente, son los Gobiernos de las comunidades autónomas correspondientes las que aprueban o no esos proyectos. Así, Gil y Gil, por ejemplo, mantiene abiertos varios pulsos legales porque el Ejecutivo andaluz rechaza los planes urbanísticos de Marbella. En el caso de Ceuta y Melilla, los estatutos de autonomía de ambas ciudades incluyen competencias urbanísticas propias, pero el Gobierno entiende que, al no existir una institución superior que revise y controle los proyectos, debe ser Fomento el que tenga la última palabra. Se trata, indican las fuentes oficiales consultadas, de garantizar el "control de la legalidad" del plan de ordenación urbana por parte de una Administración diferente a la que lo ha elaborado. La iniciativa del Gobierno figura en la exposición de motivos de la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos del Estado, y, probablemente, será apoyada por la mayoría en el Parlamento. La fórmula escogida consiste en reformar la Ley sobre Régimen del Suelo y Valoraciones para atribuir a Fomento la aprobación definitiva de los planes urbanísticos de Ceuta y Melilla. Fuentes de Fomento aseguran que no se trata de restar competencias a los Gobiernos de las dos ciudades norteafricanas, sino de llenar un "vacío legal".