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Reportaje:

Un reto para Arnoldo

Diriamba es una pequeña localidad situada en los altos a unos 50 kilómetros de Managua, la capital de Nicaragua. La extrema pobreza del país centroamericano se hace más palpable en las pequeñas aldeas, donde niños y animales comparten habitación en chabolas siniestras. Sin embargo, Diriamba cuenta con un edificio ejemplar, un hospital materno-infantil diseñado y edificado por un grupo de expertos valencianos que ha sido subvencionado en su totalidad por la Generalitat Valenciana y la Diputación de Valencia. La obra responde a un proyecto de cooperación singular que ha consumido unos 450 millones de pesetas de parte de la Generalitat y una aportación discreta procedente de las arcas de la Diputación de Valencia. El edificio ocupa la tercera parte de una parcela de unos 10.000 metros cuadrados cedida por el Ministerio de Educación de Nicaragua. Dispone de dos paritorios, un quirófano y camas para albergar a unas cuarenta personas. Eduardo Zaplana firmó el compromiso de la Generalitat Valenciana con Arnoldo Alemán, presidente de Nicaragua, durante una visita institucional a la república centroamericana a principios de 1997. Luis Espinosa, presidente de la Agencia Española de Cooperación Internacional, avaló el proyecto con su presencia. Sin embargo, se negó a participar en la financiación de la obra y condenó en privado una apuesta que consideraba abocada al fracaso. Trabajar en Nicaragua de acuerdo con modelos de calidad occidentales no es fácil. El capataz que ha ejercido como jefe de obras del hospital regresó a Valencia con una severa taquicardia después de pelear durante un año con los paletas nicaragüenses. Los problemas administrativos no han sido menores. El inicio de las obras se retrasó seis meses por cuestiones formales. El Gobierno de Nicaragua debía asumir la urbanización de la parcela donde se eleva el hospital, pero no se implicó nunca en el proyecto. Sólo cedió un automóvil y un teléfono. A la vista del edificio neocolonial, Alemán reaccionó con presteza. Un enorme cartel atribuye al presidente de la República todos los méritos. "Obras, no palabras", reza la valla publicitaria que constituye la mayor contribución del Gobierno de Nicaragua al proyecto. Los estudios de viabilidad elaborados por los expertos de la Fundación Ramón Llull estiman que el hospital será rentable si atiende a una población en torno a 40.000 personas, amparadas por 8.000 cartillas de seguro. Nicaragua solicitó un hospital general destinado a la atención de los maestros. La opción por la maternidad y la puericultura fue resultado de un concienzudo análisis de las necesidades de la población local y de las posibilidades reales del proyecto. Las obras deben estar totalmente acabadas en octubre. La donación oficial a las autoridades nicaragüenses está prevista para principios de noviembre. El esfuerzo responde a una concepción singular de la cooperación internacional con sello específico. En lugar de contribuir con partidas menores a la financiación de proyectos que desarrollan diversas organizaciones no gubernamentales, la Generalitat apostó por una obra emblemática. Sin embargo no se prevé un seguimiento. Una vez equipado, el edificio será cedido al Gobierno de Nicaragua. Una comisión constituida por los responsables de Sanidad y Educación nicaragüenses asumirá la gestión del hospital. La posibilidad de desarrollar un segundo proyecto menor para garantizar la formación del personal local que debe atender el hospital o para recibir temporalmente a posibles cooperantes valencianos ha sido desestimada por la Generalitat. El futuro del centro constituye un reto exclusivo para Alemán.

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