El PP resta relevancia a las renuncias de seguidores de Vidal-Quadras
La renuncia de significados seguidores de Alejo Vidal-Quadras en Cataluña justo antes de las elecciones autonómicas ha supuesto un nuevo contratiempo para la dirección catalana del Partido Popular (PP), que afronta los comicios más bipolarizados de los últimos años con todos los sondeos en contra y con la incertidumbre sobre su liderazgo tras las elecciones. El presidente regional y candidato a la Presidencia de la Generalitat, Alberto Fernández Díaz, minimizó ayer la baja del exdiputado autonómico Jacinto Vilardaga, quien ha afirmado que el PP catalán está al servicio de Jordi Pujol.
Vilardaga, uno de los más estrechos colaboradores de Alejo Vidal-Quadras en Cataluña, ha enviado una carta a la dirección de su partido en la que pide la baja como militante y alerta de que la estrategia de catalanismo moderado del PP parece diseñada para facilitar la continuidad de Jordi Pujol al frente del Gobierno de la Generalitat. En la misiva, Vilardaga augura la próxima desaparición del PP de Cataluña, "por abducción [de CiU] o por anorexia".La renuncia de Vilardaga supone la deserción vidalquadrista más importante que ha tenido el PP desde que Alberto Fernández sustituyó a Vidal-Quadras como presidente del PP catalán, en septiembre de 1996. En agosto se dio de baja como militante la presidenta local en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), María del Carmen Martínez, también destacada colaboradora de Vidal-Quadras.
Antes de las pasadas municipales, Vidal-Quadras pidió un gesto de la dirección catalana hacia sus colaboradores más directos, entre los que citó únicamente a tres personas: Vilardaga, Martínez y el entonces concejal en Barcelona, José Ramón Tobía. Pero ninguno de los tres ha sido incluido en las candidaturas electorales y la dirección del PP ha excluido a los vidalquadristas de los actos de campaña, al igual que sucedió en las pasadas municipales.
Fernández Díaz quitó ayer importancia, en conferencia de prensa, a la baja de Vilardaga y la atribuyó exclusivamente al hecho de que no ha sido incluido en las listas electorales, a pesar de que Vilardaga renunció en agosto a esta posibilidad al sentirse incómodo con la estrategia del PP. "Cuando alguien no continúa en las listas, cualquier cosa es buena para discrepar", declaró Fernández Díaz a Antena 3 Televisión.
Voto útil
La renuncia de los más significados partidarios del expresidente del PP catalán supone un importante contratiempo para el PP, que teme que el candidato socialista, Pasqual Maragall, arrastre el voto útil antinacionalista. El propio Vidal-Quadras insinuó en verano que una victoria de Maragall sería una buena ocasión para acabar con la hegemonía nacionalista en Cataluña, si bien posteriormente rectificó en público y declaró que Pujol y Maragall eran "el mismo perro con distintos collares".
No obstante, la rectificación de Vidal-Quadras no ha sido suficiente para contener a sus fieles, que han adoptado tres actitudes distintas: darse de baja -como Vilardaga y Martínez-, quedarse a la expectativa hasta después de las autonómicas -como José Ramón Tobía- o bien incorporarse a la Gavina Blava, una corriente crítica constituida recientemente para combatir desde dentro a la dirección. En el comité coordinador de este grupo, que agrupa básicamente a exconcejales del partido, se encuentran los vidalquadristas Carlos Garzón y Francisco Pachón.
Fuentes próximas al anterior líder del PP catalán explicaron que Vidal-Quadras trató en vano de evitar que sus principales colaboradores abandonaran la formación justo antes de las autonómicas. Los mismos medios sostienen que el retroceso del PP que auguran los sondeos puede reabrir el debate sobre el liderazgo y la estrategia del partido en Cataluña, por lo que la baja de militantes críticos no beneficia las posibilidades de relevo. Sin ninguna conexión con el vidalquadrismo, algunas personalidades relevantes del partido apuestan porque el ministro portavoz, Josep Piqué, tome las riendas de la formación en Cataluña tras los comicios, ya sea directamente o a través de personas de su confianza.
En 1995, bajo el liderazgo de Vidal-Quadras, el PP catalán obtuvo 17 diputados. A pesar de que José María Aznar es presidente del Gobierno desde 1996, las últimas encuestas otorgan al PP catalán entre 13 y 14 diputados y dirigentes populares admiten en privado que los resultados pueden ser aún peores.
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