Goran Bregovic: "Hago música bastarda, como yo"
Parece una estrella de cine, pero a diferencia de ellas ha vivido lo que cuenta. Se llama Goran Bregovic, y es conocido, entre otras cosas, por haber compuesto música para muchas películas de Emir Kusturika. Filmes que hablan de gitanos, de personas que viven en ámbitos reducidos, de esos que no han necesitado viajar para conocer. Su música es un caleidoscopio balcánico que el viernes sonará en la plaza de la catedral de Barcelona, dentro del BAM. "Mi música es bastarda, como yo", dijo ayer al inaugurar el 19º seminario internacional del Taller de Músics. "No podía ser de otra manera viniendo de donde vengo", añadió.
Goran Bregovic nació en Sarajevo, su madre era ortodoxa serbia, y su padre católico croata. Para cerrar este círculo mestizo, su novia es bosnia musulmana. Remata este panmundialismo, propio en él, con su trabajo en Barcelona con músicos locales, que siempre apoyan a su Orquesta de Bodas y Funerales. "He tocado con músicos turcos, suecos y estonios, he tocado en el norte y en el sur. En el norte se toca con enorme respeto a la partitura, cosa que no siempre ocurre en el sur. Si a eso añadimos que mi tierra es un poco norte y sur y que durante 500 años ha sido frontera entre católicos y musulmanes se entenderá que formo parte de un pueblo bastardo, que yo soy bastardo y que también lo es mi música. Además la distancia que existe entre la música de una boda y la de un funeral no es tanta", dijo acercando extremos que en ocasiones parecen muy distantes. Pero antes de iniciar la fusión entre diversas músicas de los Balcanes, Goran había sido una verdadera estrella de rock en Yugoslavia, donde encabezó el grupo Bijelo Dugme ( Los botones blancos). Preguntado por la música que era más útil para reflejar la realidad que envuelve a su autor, recurrió a una anécdota: "Tenía un amigo musulmán y borracho que murió hace 10 años, y cada vez que era insultado por su conducta respondía: "El culo de tu madre todavía huele a pollas turcas". Luego, se extendió en una respuesta indirecta: "Por mi tierra han pasado Napoleón y todos los grandes, y todos ellos han dejado algo de su forma de ser. Al tocar mi música utilizo fanfarrias que tienen origen militar, un coro de extracción ortodoxa y cuerda clásica. Esa es la forma en la que yo traduzco la Frankestein music que se hace en los Balcanes". De todas maneras, Goran Bregovic no quiso condenar el lenguaje del rock, ya que "a diferencia de lo que ha pasado en España, el rock en los regímenes comunistas tuvo un papel destacadísimo. No lo era tanto por su calidad, probablemente provincina como la del que se hacía en España, sino porque era la única manera de quejarse contra el sistema, decir cosas que a éste no le gustaban". Con posterioridad alentó un encendido debate sobre la universalidad del rock, y en este sentido argumentó que "ningún artista de proyección universal, ni tan siquiera los que hacen rock es en sí universalista, sino localista. Lo que ocurre es que si la cultura de la que formas parte domina el panorama cultural del mundo te ves proyectado hacia todo el planeta" . Más adelante, clarificó: "Si vengo a España prefiero comprar discos de flamenco, porque éste es un lenguaje que un cantaor o guitarrista no aprende, sino que de alguna manera es genético, y eso se nota en la forma de tocar música, que no es fruto de un proceso de aprendizaje formal". Más adelante, reconoció el impacto que la guerra de los Balcanes ha provocado en su vida. "Llevo 10 años de guerra, y en una vida corta como la nuestra es difícil que cosas así no dejen una huella profunda. Quizás por eso editaré el año que viene un disco que se titulará El silencio de los Balcanes, en el que por medio de una música serena, pacífica y armoniosa, se hable de unos Balcanes que nunca han existido y que nunca existirán", remachó con desesperanza antes de añadir que "como me considero un mal compositor de música para películas espero dejar pronto de hacer este trabajo". De momento, en la plaza de la catedral, aún nos dejará escuchar su música para películas, partituras que conformarán la mayor parte de su repertorio.
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