Controvertida relación de los psiquiatras con la industria
La revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría publicaba el año pasado en su número 68 un artículo del psiquiatra Mariano Hernández Monsalve en el que advertía de que, en los últimos años, coincidiendo con la comercialización de numerosos nuevos psicofármacos, "las relaciones de los psiquiatras con la industria son tan fuertes como controvertidas". El autor denunciaba que, habiendo dimitido completamente la administración sanitaria en su función de facilitar a los médicos formación continuada suficiente, los psiquiatras están sometidos a una fuerte presión de la industria farmacéutica, que se ha convertido "en la principal promotora de la investigación farmacológica y la principal fuente de información".Tras las nuevas oportunidades de intervención terapéutica que suponen los nuevos fármacos, "se adivinan", según Hernández Monsalve, "otros intereses" que "finalmente afectarán seriamente la actividad profesional del psiquiatra". "La imagen del delegado visitador [de los laboratorios] es ya familiar en la mayoría de los equipos. Es frecuente que el psiquiatra dedique más de una hora semanal a atender a los delegados de los laboratorios".
"La mayor parte de los psiquiatras", continúa", reconoce que en el último año más de la mitad de los libros adquiridos proceden de obsequios de los delegados, y que merced a su patronazgo han podido acudir a muy diversos cursos, seminarios, jornadas y congresos", así como "visitar recientemente diversas ciudades europeas o de otras latitudes", "haber modernizado sus dispositivos informáticos o mejorado su dominio del inglés".
Hernández Monsalve añade que "buena parte de las jornadas y congresos no podrían celebrarse de no contar con el apoyo financiero de la industria farmacéutica". La falta de formación rigurosa e independiente, unido a la intensa actividad promocional de los laboratorios, hace que los psiquiatras tengan, según Hernández, "serios apuros para prescribir con criterios rigurosos".
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