Científicos abordan en Valencia las amenazas físicas de la Tierra
La probabilidad de que un meteorito colisione contra la tierra y la vuelva inhabitable es tan remota como que los experimentos de choques de partículas que se desarrollan en el Brookheaven National Laboratory de Nueva York provoquen un agujero negro que engulla la tierra, según publicaron recientemente diversos medios estadounidenses. Estos aspectos, junto al futuro del sistema solar, se abordaron ayer en la reunión de la Real Sociedad Española de Física que se inauguró en Valencia.
Es "remota y despreciable" la posibilidad de que un asteroide colisione con la tierra. De esta forma tan contundente, el profesor de la Universidad de Boston y director de la división de Física Teórica del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) Álvaro de Rújula, minimizó un eventual choque entre un meteorito y la tierra amparado en un sólido argumento. Las colisiones de astros suficientemente grandes como para causar daños relevantes suceden cada 40.000 millones de años. Dado que la expectativa de edad de la tierra es de 10.000 millones de años, "no vale la pena", preocuparse por estas cuastiones, ironizó De Rújula. El investigador español, colaborador del profesor Galshow -galardonado con un premio Nobel-, abrió la reunión bianual de la Real Sociedad Española de Física con la ponencia Noticias del fin del mundo. En ella aludió a la proliferación de este tipo de teorías, surgidas al amparo de la cercanía al fin del milenio, y rebatió una que ha cobrado peso en medios de difusión científicos estadounidenses: la eventual desaparición de la tierra absorbida por un aujero negro fruto de la colisión de partículas en un laboratorio. Colisión controlada De Rújula negó tajantemente -son "idioteces disparatadas", dijo- que la colisión controlada de dos núcleos de oro, un experimento que se está realizando en el Brookhaven National Laboratory de Nueva York, pudiera desembocar en el fin del mundo, fecha que aplazó a dentro de 10.000 millones de años. Entonces, el sol se expandirá y, al transformarse en una estrella gigante roja, absorberá la Tierra. Por ello, recomendó preocuparse más por el agujero de ozono o la deforestación para tratar de hacer de la Tierra "un lugar más habitable". En la reunión, enmarcada en las celebraciones del quinto centenario de la fundación de la Universidad de Valencia, toman parte, fundamentalmente, físicos, entre profesores e investigadores, pero también químicos. Valencia se constituye, de esta forma, en foro de intercambio de información hasta el viernes, en un congreso articulado en 18 grupos de trabajo, entre los que destacan debates sobre física de altas energías, acústica, astrofísica, física atómica o biofísica.
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