Amplia aprobación de la gestión de Pujol como gobernante

Jordi Pujol cuenta, quizá como ningún otro presidente autonómico, con una impresionante aprobación de su gestión, incluso por parte de los votantes de fuerzas políticas rivales. Al término de su quinto mandato como presidente de la Generalitat, su actuación como gobernante en Cataluña y como principal socio del Gobierno de la nación en Madrid cuenta con un amplio respaldo social.

El 65% de los ciudadanos de Cataluña no dudan en calificar de buena o muy buena la actuación de Jordi Pujol como gobernante en los últimos años. Incluso en una situación preelectoral, como lo es la actual, la mayoría de los votantes del Partit dels Socialistes de Catalunya (56%), cuyo líder es el principal rival de Pujol en las elecciones, califica de "buena" la actuación del presidente de la Generalitat.Una proporción semejante de los votantes de Esquerra Republicana de Catalunya expresan la misma opinión, y el porcentaje de satisfacción con su gestión es incluso más elevado entre el electorado del Partido Popular (63%), que se sitúa así a poca distancia de la mayoría de los votantes de CiU (68%), que expresan ese mismo grado de conformidad con su líder. Sólo los seguidores de Iniciativa per Catalunya-Verds se desentienden de tal aprobación.

Esa misma valoración generalizada merece la relación del líder nacionalista catalán con el Gobierno español. Pujol dio en mayo de 1996 los votos de CiU en el Congreso de los Diputados a José María Aznar para que accediera con mayor respaldo parlamentario a la presidencia del Gobierno, y desde entonces le ha mantenido el apoyo, sobre todo en las medidas de política socioeconómica.

El líder de Convergència i Unió ha exhibido ese respaldo como un pilar fundamental de la estabilidad política y económica, que ha permitido un crecimiento sostenido de la riqueza nacional y un despegue en la creación de empleo. Un mérito que ha querido mantener hasta el último momento con su apoyo a los Presupuestos del Estado para el 2000.

El balance de ese pacto de legislatura con Aznar es considerado muy positivo o bastante positivo por el 58% de las personas entrevistadas. Tanto la mayoría (51%) de los votantes del PSC como del Partido Popular (55%) califican de bastante positivo el pacto. Incluso son más los simpatizantes del PP (17%) que los de CiU (12%) los que valoran en grado superlativo -"muy positivo"- el entendimiento que ha existido entre el presidente del Gobierno y el de la Generalitat. En este terreno, incluso un segmento significativo de los votantes de Iniciativa per Catalunya-Verds (42%) juzgan bastante positivo ese entendimiento.

Mucho más matizada y heterogénea es la impresión que tienen los electores catalanes acerca de si ese pacto CiU-PP ha beneficiado o perjudicado la imagen política de Cataluña en el resto de España. La opinión sobre el posible daño o perjuicio está dividida a partes iguales. Un 28% de las personas entrevistadas ha estimado que la relación que han mantenido Jordi Pujol y José María Aznar ha beneficiado bastante la imagen de Cataluña, mientras que el mismo porcentaje sostiene que no ha afectado a esa imagen, y el 23% considera que la ha perjudicado bastante. La opinión positiva sólo se impone con claridad entre los votantes de CiU y entre los del Partido Popular. En cambio, tanto el electorado del PSC como el de ERC cree que se ha visto más perjudicada que beneficiada la imagen política de Cataluña.

Los dirigentes socialistas han repetido en numerosas ocasiones que Pujol ha utilizado una retórica para vender sus negociaciones bilaterales con Aznar que ha perjudicado la imagen de Cataluña en el resto de España. Los socialistas han recordado en este sentido expresiones empleadas por el propio Pujol, como cuando exhibía los "dividendos" de su apoyo a José María Aznar.