El ex presidente Scalfaro grabó sus reuniones con políticos italianos

Oscar Luigi Scalfaro, de 81 años, presidente de la República italiana entre 1992 y abril de este año, grababa todas las conversaciones que mantenía con los diversos dirigentes políticos del país que le visitaban en el palacio del Quirinal. La noticia, publicada ayer por el semanario Panorama, próximo al centro-derecha, ha sido confirmada por el propio secretario general de la Presidencia, Gaetano Gifuni. Según este último, no se trataba de grabaciones secretas "y los interlocutores eran conscientes siempre de que se hacía". La revista señala, sin embargo, que no queda claro cuántas y cuáles citas fueron grabadas por orden del expresidente Scalfaro ni tampoco parece evidente, a la luz de las primeras investigaciones, que sus interlocutores supieran que estaban hablando para la posteridad.El material, guardado en los archivos de la presidencia, está siendo utilizado, al parecer, por la hija del ex presidente, Marianna Scalfaro, para escribir un libro de memorias sobre su padre. El ex presidente decidió que era importante dejar constancia grabada de las conversaciones que mantenía con responsables del Gobierno y de la oposición, cuando en 1995 se suscitó una controversia pública entre el líder del centro-derecha, Silvio Berlusconi, y el propio Scalfaro en relación con unas supuestas declaraciones de este último. Según Berlusconi, que acababa de presidir un fugaz Gobierno entre abril y noviembre de 1994, el presidente de la República, que tiene el poder de disolver el Parlamento cuando un Gobierno pierde la mayoría, le había prometido una fecha concreta para la celebración de elecciones. Scalfaro, que encargó a Lamberto Dini formar Gobierno, lo negó rotundamente.

La noticia de las grabaciones de Scalfaro causó ayer perplejidad en varios de sus interlocutores. El dirigente socialista Enrico Boselli aseguró no haber visto jamás ni micrófonos ni grabadoras en el Quirinal, y otro tanto declara el parlamentario de Forza Italia Enrico La Loggia. Sin embargo, Clemente Mastella, líder de una pequeña formación de centro que militaba antes en la oposición y ahora forma parte del Gobierno, recuerda perfectamente la presencia de la grabadora