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NUEVO ESCENARIO ECONÓMICO

Los precios se desbordan y destrozan el objetivo oficial

El Gobierno eleva la previsión de inflación del 1,8% al 2,4%: P El IPC anual alcanzó en agosto el 2,4%: P øEl crecimiento se eleva del 3,5% al 3,7% y el déficit público baja del 1,6% al 1,4% del PIB

Vuelco en el panorama económico. La publicación ayer del índice de precios al consumo (IPC) correspondiente a agosto ha forzado al Gobierno a revisar sus objetivos anuales. El menos apetecido, el de la inflación. Del 1,8% inicialmente previsto al 2,4%; es decir, por encima del límite establecido por el Banco Central Europeo (BCE) para los países del euro, que es del 2%.Ese 2,4% coincide con la tasa anual alcanzada en agosto pasado (sobre el mismo mes de 1998), tras subir cuatro décimas en relación a julio. Desde febrero de 1997 (2,5%), la inflación no había estado tan alta. En los ocho primeros meses del año se acumula una subida del 2,1%, y es la primera vez desde el pasado enero en que se rebasa el objetivo inicial del año (1,8%).

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Ante este cuadro clínico, el Gobierno ha terminado por admitir que terminar el ejercicio en ese 1,8% es una meta inalcanzable. Aun en el 2,4%, la inflación española se situaría a un nivel inferior al de 1996 (3,2%), pero lo determinante ahora es el cambio de expectativas. Si en los dos años anteriores los objetivos de inflación se habían mejorado, ahora el Gobierno acaba de perder ese cheque de credibilidad.

Más a peor que a mejor, nada va a resultar como estaba previsto. El cuadro macroeconómico en que se basó ese objetivo inicial de inflación situaba el crecimiento en el 3,8% para 1999. Después se redujo al 3,5% por el efecto en el sector exterior de la crisis financiera internacional, y ayer el Ministerio de Economía lo volvió a elevar al 3,7%. Es decir, con un crecimiento inferior al inicial se admite que la inflación va a ser superior.

Efectos limitados

¿Era posible prever que los precios del petróleo se iban a disparar en estos meses? ¿Se calibraron bien los efectos de la rebaja de tipos de interés decidida por el BCE? Parece que no, por eso en abril de este año el Gobierno adoptó una serie de medidas de choque contra la inflación que, a la vista de los resultados, han tenido efectos muy limitados. Si no se hubiera hecho nada, "las consecuencias habrían sido peores", argumentó ayer el secretario de Estado de Economía, Cristóbal Montoro. Se ha puesto en marcha una reforma del IRPF que en la segunda parte del año se empieza a traducir en una caída de la recaudación por este impuesto. Aun así, el alto crecimiento económico permite que el IVA registre tasas de aumento muy superiores a las previstas, lo que ha dado margen al Gobierno para revisar a la baja su objetivo de déficit para este año: del 1,6% al 1,4% para el conjunto de las Administraciones públicas. El ajuste se centrará exclusivamente en la Administración central (Estado y Seguridad Social), cuya previsión de déficit pasa del 1,3% al 1,1% del PIB. Se trata de absorber para la reducción del déficit parte del exceso de ingresos (270.000 millones hasta julio) que en los dos años anteriores se había destinado a incrementar el gasto. No hay en este aspecto medidas adicionales, aunque sí algunas incógnitas.Por ejemplo, el efecto en el déficit del alza de los tipos de interés en los mercados de deuda pública; el impacto final de la reforma del impuesto sobre la renta; el incremento de gasto que va a suponer la desviación de la inflación en las pensiones, y las consecuencias del mayor crecimiento económico en las transferencias hacia las comunidades autónomas por varios conceptos, entre otros, el de sanidad.

También persisten las incógnitas respecto de la evolución de los precios en los próximos meses. Hasta agosto, el principal factor que ha tensionado la inflación ha sido los productos energéticos. En los últimos 12 meses, los carburantes y combustibles han subido un 13,5%, y sólo en agosto, un 4,1%. Tal como está el mercado, nadie apuesta ahora por un descenso de los precios del petróleo como el que el pasado año permitió el control de la inflación en España.

El otro factor que ha hecho repuntar la inflación en agosto es el de los alimentos frescos. La subida del 0,7% en agosto respecto de julio es apenas una décima inferior a la del mismo mes del año anterior. Para los próximos meses están también por ver los efectos de la sequía en los precios de estos productos.

El hecho de que la inflación de agosto haya empeorado por estos dos grupos de productos ha derivado en el único dato positivo del IPC de agosto. La denominada inflación subyacente (el índice general menos la energía y los alimentos frescos) se ha reducido al 2,4% en agosto, después de mantenerse en el 2,5% desde marzo de este año.

Bajas en servicios

Otro dato positivo es que, a pesar del alza en el capítulo de turismo y hostelería (un 0,8% en agosto), los precios del sector servicios se han situado en agosto en el 3,3%, dos décimas menos que en julio. Dentro de este sector destaca la caída mensual del 0,7% en el servicio telefónico. Por el contrario, todo lo relativo a calefacción, alumbrado y distribución de agua ha subido un 3,1% en agosto. En este apartado se incluye el gas butano, que se ha disparado en los últimos meses.La estadística tampoco será favorable para la inflación en lo que queda de año. A partir de septiembre de 1998, la inflación se precipitó a la baja, y se redujo desde el 2,1% en agosto hasta el 1,4% con que acabó el año, en un mínimo histórico. Algunos gabinetes de estudio de bancos y expertos consultados son más pesimistas y apuntan que el IPC puede alcanzar el 2,6% a finales de 1999.

Aun con estas incertidumbres, Economía sostiene que la inflación se situará en el 2% en el año 2000, aunque el crecimiento económico será superior al 3,5%, y el déficit público, inferior al 1% del PIB. Estas nuevas previsiones dan también al traste con el cuadro macroeconómico para el 2000 presentado antes del verano. Los nuevos objetivos se conocerán la próxima semana, cuando el Gobierno apruebe los Presupuestos.

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