El 'asesino del rol' saldrá tres días de prisión para el examen final de Química
La Audiencia de Madrid ha autorizado a Javier Rosado, el asesino del juego de rol, a salir de la cárcel tres días seguidos para que haga el examen final de la asignatura que le queda para terminar su carrera, la de Química. La medida ha sido adoptada en contra del criterio del fiscal y del juzgado de vigilancia, que basan su oposición en motivos de seguridad. La autorización permitirá a Rosado abandonar el penal de Valdemoro -en el que lleva preso cuatro años- durante los días 27, 28 y 29 próximos y trasladarse a un laboratorio universitario para someterse a la prueba.
Javier Rosado, que hoy tiene 25 años, lleva cuatro preso y le restan por cumplir otros 38. Los magistrados de la Sección Quinta de la Audiencia (instancia jerárquica superior de los tres juzgados de vigilancia de Madrid) han ordenado, no obstante, que se adopten las medidas policiales oportunas que garanticen la vuelta de Rosado a Valdemoro una vez concluida la prueba académica. En principio, está previsto que el examen dure tres días en sesiones de mañana y tarde, los mismos que le ha concedido la Audiencia. Tras cada jornada,deberá ser conducido a Valdemoro para pernoctar. Javier Rosado perpetró en abril de 1994 un espantoso crimen. Él y un menor -Félix M., entonces de 17 años, y condenado a 12 años como coautor del crimen- llevaron a la realidad las macabras indicaciones de un juego de rol ideado por Rosado y que, básicamente, consistía en matar a personas. Lo llamó Razas. Rosado y Félix confundieron la realidad con la ficción y asestaron 19 cuchilladas a Carlos Moreno (un padre de familia que la fría noche del 30 de abril de 1994 esperaba bajo una marquesina la llegada de un autobús). Eligieron como víctima a Moreno, de 52 años, porque reunía las características -aspecto, edad...- prefijadas en el juego.
Tras el asesinato, Rosado escribió un diario en el que, con todo lujo de sobrecogedores detalles, describió la forma en que él y su compinche segaron la vida de Moreno, y su terrible agonía de 15 minutos: "Es espantoso lo que tarda en morir un idiota", escribió Rosado en su tétrico diario.
Cuando le detuvo la policía, el ideólogo del juego asesino acababa de terminar el tercer curso de la licenciatura de Química con brillantes notas (se le atribuye un coeficiente intelectual alto). En la cárcel prosiguió los estudios tras solicitar a los jueces, sin éxito, que le devolviesen las fichas y el tablero de juego de Razas, decomisado por la policía.
Pendiente del laboratorio
Rosado, ya en la cárcel, terminó cuarto y luego se matriculó en quinto. Los exámenes, escritos, los ha hecho en la prisión merced a la colaboración de los profesores de la universidad en la que está matriculado. Ha aprobado todas las asignaturas, salvo la de química inorgánica. Hasta ahora no había podido examinarse de ella porque se compone de ejercicios prácticos que requieren la presencia del alumno en un laboratorio universitario. Cuando su abogado, Luis Rodríguez Ramos, solicitó al juez de vigilancia de Valdemoro un permiso para que pudiese hacer el control, se topó con la negativa del juez, apoyado por la fiscalía. Ramos recurrió a la Sección Quinta de la Audiencia -integrada por los magistrados Arturo Beltrán, Jesús Guijarro y Paloma Pereda- que ha revocado la negativa del juzgado de vigilancia. El fiscal se opuso al permiso alegando la alarma social que suscitó en toda España el crimen, motivos de seguridad y la elevada pena de cárcel que pesa aún sobre Rosado, 38 años. El tribunal le autoriza a salir tras razonar que se trata de un permiso extraordinario y recordar que la finalidad constitucional de las penas privativas de libertad es la reinserción social del reo. "Se trata de un caso de estricta aplicación de la ley, que persigue favorecer la resocialización de un preso", explica el magistrado de la Audiencia Arturo Beltrán. "Personalmente", añade, "creo que es una persona peligrosa desde la perspectiva del crimen planificado, aunque en este caso entendemos que no hay ningún peligro y que la medida favorecerá su reinserción. Hará el examen de fin de carrera acompañado de fuerzas de seguridad y luego volverá a prisión", subrayó. La sentencia estableció que Rosado es un psicópata, pero no un loco (distingue entre el bien y el mal). Es el primer permiso penitenciario que obtiene desde su condena.
Su compinche, Félix M., disfruta en la actualidad del tercer grado penitenciario y se rehabilita en un piso de estudiantes de Madrid gestionado por la ONG Horizontes Abiertos.
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