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El "target" no es el turista, dicen los expertos

"El turismo no es el target [segmento de mercado] del tren de alta velocidad". Gregorio Martín, director del Instituto de Robótica de la Universidad de Valencia, tiene claro que las líneas de alta velocidad son un medio de transporte eficaz para núcleos urbanos conectados por intereses de mercado. Los negocios sí, el turismo no. Principalmente porque el turismo tiene un destino disperso (en el caso de la Comunidad Valenciana a lo largo de muchos kilómetros de costa). Y porque, ademá, luego requiere de un vehículo para moverse en otros trayectos. Los turistas que vienen al litoral valenciano de vacaciones llegan, principalmente, en coche. Por eso, "lo que hay que captar con un AVE es el desplazamiento de centro de ciudad a centro de ciudad", aclara el experto en transportes. Y este viaje está muy ligado a los negocios. Según explica, los que viajan por motivo de negocios quieren hacer su desplazamiento de ida y vuelta en el día. Y así lo demuestran las líneas más exitosas, como la francesa París-Lyon. Ahí es donde tienen mayor viabilidad los trenes lanzadera: en viajes entre 300 y 500 kilómetros y que apenas se desvían de la línea recta para poder competir con el avión y, sobre todo, con el coche. El secreto es la movilidad. Si bien a principios de siglo se potenciaron las vías férreas en todo el mundo (hay países como Japón que han seguido apostando por el tren), las carreteras han sido las infraestructuras de transporte que más se han desarrollado en la segunda mitad de este siglo. Pero el tráfico por carretera implica tres grandes problemas de difícil solución que, por el contrario, el tren muestra en menor medida. Se trata de la eficiencia (en constante lucha con los atascos, las retenciones y el excesivo consumo de combustible mientras los trenes pueden ser muy puntuales y gastan menos); de la seguridad (sin duda el coche es el medio de transporte con mayor siniestralidad, frente a la casi nula del tren); y el impacto ambiental (los vehículos a motor causan el 30% de las emisiones de CO2, principal causante del efecto invernadero, produciendo dos kilos por litro de gasolina). Por estos motivos, muchos países han apostado por los trenes de alta velocidad. En Japón lo utilizan 120 millones de viajeros. Y España está apostando desde hace relativamente poco tiempo por estos temas. Pero nunca hay que perder de vista su tramo de éxito. Para viajes cortos de 150 kilómetros, la gente opta, sin duda, por el coche. Si son muy largos, viaja en avión. Sólo en los intermedios y muy rápidos triunfa el AVE. Por eso duda de la necesidad de conectar las vías de alta velocidad fuera de las fronteras españolas. Poca gente, o por lo menos en escaso porcentaje, va hacer en AVE un Valencia-París. El número de coches aumenta incesantemente año tras año y las carreteras quedan colapsadas a los pocos lustros de su construcción. Según sus previsiones, si ahora circulan anualmente entre Madrid y Alicante 4,7 millones de viajeros (en su mayor parte viajes turísticos, puesto que Alicante es la provincia con mayor número de segundas residencias), mientras que entre Madrid y Valencia circulan 3,3 millones; en el 2015 las cifras casi se duplicarán transitando por ambas rutas 7 y 9 millones de personas, respectivamente. "Es una locura", asegura Martín, "y en países como el Reino Unido han decidido parar cuando han visto que las carreteras de 10 carriles no tenían ningún sentido". Estas cifras, además de alertar de un grave problema (en pocos años la recién acabada autovía A-3 quedará obsoleta si no se amplían sus carriles), fuerzan a buscar otros medios de locomoción. Para los expertos, la línea Madrid-Valencia es ideal para un AVE. Y lo explican con una ilustrativa fábula: si un extraterrestre llegara a la Tierra, no hubiera ninguna línea de AVE en España, se le explicara cuándo es óptima una línea y estudiara las distancias y volúmenes de viajeros entre las distintas capitales, el primer AVE que construiría ese hipotético marciano sería el Madrid-Valencia. Y el segundo uniría Valencia con Barcelona. Los dos recorridos son los corredores ferroviarios que más viajeros acumulan, y ambos se encuentran en los márgenes de distancia ideales para el AVE. De la misma opinión es el Foro Cívico Valenciano, que aglutina a diversos profesionales para defender el futuro tren y, en concreto, la opción norte. Desde este colectivo se afirma que cuando se empezó a plantear el AVE Madrid-Barcelona, "todos los expertos apuntaban al recorrido por Valencia como el ideal ya que con una duración de tan sólo 12 minutos más que en el viaje directo se solucionaban las comunicaciones del llamado triángulo de oro, que es el formado por las tres capitales de España". Ahora, con el trazado casi decidido, los expertos lo tienen claro: El AVE Madrid-Valencia sólo será competitivo si cubre el trayecto en menos de dos horas (lo ideal hora y media). Y la opción sur será un buen AVE a Alicante pero los actuales viajeros entre Madrid y esa capital no son el target de un tren de alta velocidad.

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