Fomento cifra en 200.000 millones el coste de la futura ampliación del aeropuerto de Barcelona
Un total de 200.000 millones de pesetas es el coste previsto por el Ministerio de Fomento para la ampliación del aeropuerto de El Prat, cuyo plan director contiene como novedad la instalación de una segunda terminal entre la primera pista y la tercera, aún por construir. Esta terminal, según explicó ayer el secretario de Estado de Infraestructuras, Albert Vilalta, permitirá minimizar los desplazamientos de despegue y aterrizaje de los aviones, supondrá una inversión de 45.000 millones y permitirá que el aeropuerto absorba 40 millones de viajeros al año. La nueva terminal, de 190.000 metros cuadrados, triplicará la capacidad del aeropuerto.
Juan Lema, director de aeropuertos de AENA, explicó que el área de terminal estará dotada de todos los elementos, no únicamente de embarque (el 70% de los viajeros utilizará sus servicios), sino también de control de equipajes, y facilitará el transporte desde y hacia los aparatos de cargas y servicios adicionales. Lema explicó que este sistema ya ha sido probado en diferentes aeropuertos europeos y que optimiza el movimiento de los aviones y minimiza sus desplazamientos en tierra, lo que supone dotar a la nueva infraestructura de una gran operatividad en costes y un funcionamiento óptimo. AENA prevé que la segunda pista, que está actualmente en fase de licitación, estará construida finalmente en el año 2004, mientras que la edificación de la terminal entre pistas se iniciará inmediatamente tras la redacción del proyecto, cuya duración estimada es de dos años. El plan director del aeropuerto será tratado hoy en la Comisión de Seguimiento del Plan del delta del Llobregat y todo parece indicar, según confió el secretario de Estado Albert Vilalta, que "será aceptado por ayuntamientos e instituciones", al margen de las pequeñas modificaciones que se puedan requerir. Vilalta recordó que fueron precisamente las alegaciones, "aportaciones positivas", las que permitieron redefinir el plan inicial previsto por el Ministerio de Fomento. También ayer, el alcalde de El Prat de Llobregat, Lluís Tejedor, exigió que las nuevas instalaciones garanticen la integración del aeropuerto en su entorno más inmediato. La pista transversal, la más cuestionada porque es la que más contaminación acústica comporta para los núcleos habitados de las cercanías del aeropuerto, tiene ahora una longitud de 2.800 metros y con su prolongación alcanzaría los 3.000 metros hasta cruzarse con la futura tercera pista. El Ayuntamiento de El Prat considera que los aviones, que ahora no pueden utilizar esa pista porque es corta para completar la operación de despegue, sí podrían hacerlo en el futuro.Tejedor dejó claro que piensa plantear batalla en este asunto porque el crecimiento de la operatividad de la pista transversal aumentaría el ruido en el núcleo urbano. Aunque AENA ha asegurado que se instalará una barrera sónica en la cabecera de la pista, el consistorio sólo está dispuesto a ceder ante resultados. Por otro lado, la prolongación de la pista se comería unas 12 hectáreas del futuro parque litoral, algo que el Ayuntamiento tampoco está dispuesto a asumir. La nueva terminal es una de las grandes variaciones del plan, ya que la idea original era emplazarla en la parte norte, mientras que en las pistas se situarían satélites de apoyo a los que se accedería por transporte subterráneo. Este diseño se anuló puesto que se requeriría ampliar el número de carriles de entrada al aeropuerto a cuatro o hasta cinco, lo cual dificultaría los accesos. Finalmente, los satélites se concentrarán en la zona central y confieren al nuevo plan unos objetivos mucho más ambiciosos. El plan incluye, además, dos accesos por carretera que diferenciarán la actividad industrial de carga de la que lleve a cabo la nueva terminal, cuya entrada está prevista por Viladecans. Entre los objetivos del nuevo plan está la posibilidad de que todo el trazado ferroviario llegue a la nueva terminal central, incluidos el AVE y el metro, mientras que en los términos municipales de Viladecans y Sant Boi se instalarán las zonas de actividades logísticas, la terminal de carga y los apoyos a las operaciones aeronáuticas. Todo ello puede suponer entre 50.000 y 100.000 nuevos empleos.
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