Piedras para la memoria

El proyecto arquitectónico de Rafael Moneo para la construcción de la nueva sede del Archivo Real y General de Navarra, en el casco antiguo de Pamplona, comenzó ayer a hacerse realidad con la colocación de la primera piedra de las obras. El diseño creado por el arquitecto navarro pretende recuperar las que calificó de "dignas y bellas ruinas" del palacio románico del siglo XII que albergará los valiosísimos documentos que recogen la memoria histórica del viejo reino e incorporará los más modernos sistemas de consulta y conservación. El proyecto combina la rehabilitación de una parte de los restos del edificio, ubicado sobre las murallas de Pamplona y en la parte más alta de la meseta donde se fundó la ciudad, con la construcción de nuevos elementos arquitectónicos. El más audaz de ellos será una nueva torre, de forma similar a la de una cruz esvástica, levantada a modo de moderna torre del homenaje, recubierta de losas de piedra y de doce pisos de altitud. En su interior distribuirá a lo largo de 45.000 metros lineales de estanterías los actuales y futuros fondos documentales de la comunidad. La torre tendrá un patio central y sus tres alas se abrirán en diferentes direcciones. Las obras del conjunto durarán dos años y fueron adjudicadas con un presupuesto inicial de 2.264 millones de pesetas. El viejo Palacio de los Reyes de Navarra fue adquirido por el Gobierno en 1986. Se encontraba ya en un lamentable estado de abandono y muchos de sus elementos habían sido sometidos a expolio durante décadas. A lo largo de la historia sus dependencias fueron sede real, episcopal, virreinal y militar de Navarra. "Cuando a pesar del estremecedor vacío que sentimos aquí percibimos la potencialidad de los muros y estructuras del palacio, es que notamos el valor perdurable de su arquitectura. Recuperaremos el esplendor e importancia que tuvo y construiremos un conjunto que albergará lo más precioso de Navarra, su memoria", señaló ayer Rafael Moneo ante las autoridades presentes en el acto. Desechada la idea de convertir el edificio en futura sede del Parlamento de Navarra, el Gobierno decidió que el viejo palacio fuera destinado a reunir los fondos documentales del Archivo del Reino, actualmente instalados en obsoletas dependencias del Palacio de Navarra, los denominados de protocolos, guardados en oficinas de un barrio pamplonés y los de la propia Diputación foral, archivados en las salas vacías de una antigua empresa pública cerrada. El Ejecutivo quiere permitir, además, una más adecuada custodia y consulta por parte de los técnicos y profesionales de todos esos fondos, que suman en la actualidad 25.000 metros lineales de estanterías. El proyecto de Moneo respeta el patio del palacio. En su planta baja se ubicará un salón de actos y una sala de estudio, mientras en la primera planta irá ubicada una nueva biblioteca de consulta y los despachos de los técnicos. En la segunda planta continuarán las dependencias de la biblioteca y se construirán modernos talleres de restauración, fotografía y microfilmación documental.