20 minutos para inyectarse
El proyecto de las narcosalas es una experiencia nueva en España. Ya se ha implantado en Holanda, Austria y Suiza. Va dirigida a adictos que desean continuar pinchándose y que suelen hacerlo en lugares insalubres. La narcosala madrileña, según el proyecto de la Agencia Antidroga regional, estará abierta entre las nueve de la mañana y la nueve de la noche de lunes a domingo. Los toxicómanos deberán presentarse en la puerta de la narcosala con sus dosis. Un vigilante les pedirá que no entren con armas blancas y otros objetos punzantes. "Es lógico teniendo en cuenta que pueden producirse incidentes entre los propios consumidores", aclara el gerente de la Agencia, José Cabrera.
En la entrada dispondrán de jeringuillas desechables, algodón, agua destilada, cucharillas (para mezclar la droga), encencedores y papeles de aluminio para fumar heroína. Los usuarios tendrán 20 minutos para tomar la droga. Nunca se podrán concentrar más de una decena de personas en su interior, debido a que hay sólo cinco cabinas separadas con cortinas. En estos recintos habrá varios especialistas que les enseñarán las técnicas más correctas e higiénicas de venopunción. Los profesionales garantizarán una atención inmediata en caso de sobredosis.
La sala tendrá otras tres cabinas para los fumadores de heroína.
En la enfermería se instalará material suficiente para análisis de sangre y orina. Los usuarios deberán informar al personal sanitario de su situación de consumo y si están sujetos a un programa de metadona.
Trabajarán en la narcosala un coordinador médico, un doctor, seis técnicos auxiliares, tres empleados sociales, tres empleadas de limpieza y tres vigilantes.
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