Jordi Pujol admite que puede perder y está dispuesto a ejercer de jefe de la oposición

Tras 19 años al frente del Gobierno de la Generalitat, Jordi Pujol previó ayer por primera vez la posibilidad de perder unas elecciones autonómicas. Si esto sucediera el próximo 17 de octubre, Pujol no abandonaría su responsabilidad política y ejercería como jefe de la oposición, tal como se comprometió ayer. Como respuesta a esta actitud, el candidato socialista, Pasqual Maragall, reclamó a los electores que elijan una mayoría clara con el objetivo de despejar todas las dudas. Ante el empate técnico que reflejan las encuestas, CiU se esforzará a partir de ahora en destacar su centralidad política.

Las últimas encuestas conocidas el pasado fin de semana, que otorgaban a Convergència i Unió (CiU) una ventaja de tan sólo dos puntos respecto al Partit dels Socialistes (PSC), hacían obligado preguntar a Pujol si preveía la posibilidad de perder las elecciones autonómicas. Y el presidente respondió debidamente en dos entrevistas radiofónicas, en la SER y en Onda Cero. Pujol contestó que CiU no trabaja con la hipótesis de perder las elecciones. Al contrario, confía en incrementar su actual representación parlamentaria de 60 escaños. Una respuesta que entra de lleno en la estrategia mediática diseñada por los nacionalistas. Pero a continuación, y por primera vez en 19 años de Gobierno, el presidente reconoció que si obtuviera un resultado adverso "no abandonaría su responsabilidad". Lo que significa que pasaría a la oposición y ejercería como jefe de filas, aunque Pujol evitó pronunciar explícitamente estas palabras que suenan a derrota. "No me marcharía, siempre hay que continuar en estos casos, pero hoy por hoy no entra en mis cálculos", comentó. Mensajes de tranquilidad Los dirigentes de CiU quieren dar la imagen de que no hay nervios en la coalición y de que se ha superado el desastre que significaron las elecciones municipales, con una pérdida de más de 125.000 votos en Barcelona. Con la intención de no incurrir en los mismos errores, ayer fue el consejero de Presidencia, Xavier Trias, quien declaró solemnemente que la coalición no pactará en Cataluña con el que es desde hace tres años su socio en Madrid -el Partido Popular- además de garante de estabilidad del Gobierno Pujol en el Parlament. CiU quiere, además, reforzar la estrategia de la centralidad de la coalición. Con esa intención Trias se refirió a "los comunistas" -en referencia a los ecosocialistas de Iniciativa per Catalunya, con la que el PSC ha pactado listas conjuntas en Lleida, Girona y Tarragona-, un término guardado durante años en el desván de la política catalana. El consejero manifestó que Maragall difícilmente podrá conquistar el centro si sigue haciendo "estos esfuerzos de imaginación que le llevan a pactar con los comunistas". Hay que transmitir sensación de serenidad aunque la procesión vaya por dentro. Pujol esgrimió una encuesta interna de CDC, elaborada en junio, que tan sólo les otorgaba una ventaja de dos parlamentarios respecto a Maragall. Por tanto, los nacionalistas creen que han remontado el desastre en sólo tres meses pues el sondeo publicado el domingo en La Vanguardia incrementaba la distancia a cinco escaños. PASA A LA PÁGINA 6 MÁS INFORMACIÓN EN PÁGINA 4