Guerra y Méndez ven viable una huelga para forzar la subida de las pensiones

El ex vicepresidente del Gobierno del PSOE Alfonso Guerra y el secretario general de UGT, Cándido Méndez, admitieron ayer como una medida "eficaz y fuerte", prevista por los sindicatos, la posibilidad de convocar movilizaciones para forzar la subida de las pensiones. Ambos criticaron con dureza que José María Aznar prometa ahora iniciativas, como la de crear un fondo de reservas, previstas hace ya cuatro años en el Pacto de Toledo.

Alfonso Guerra reapareció ayer de nuevo, y destacó que lo hacía con mucho gusto, en la XX fiesta minera astur-leonesa de Rodiezmo, organizada por el Soma-UGT, para arremeter contra el Gobierno de Aznar, a quien acusó de hurtar al Parlamento el verdadero debate sobre las pensiones. Cuando se le preguntó por la propuesta del presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, de promover movilizaciones y hasta una huelga si el PP no sube pronto las pensiones, Guerra calificó esa medida de presión de "eficaz y fuerte". Méndez, que presentó al ex vicepresidente a los más de 30.000 militantes congregados con la frase "¡viva el socialismo con Alfonso Guerra a pesar de las corrientes!", precisó que con la guerra de las pensiones el Gobierno tiene ante sí una "situación insostenible" fruto de la "torpeza" y la "insensibilidad social" del PP, y puntualizó que "la madre del cordero" está en cuánto dinero va a tener el fondo de reserva para pensiones anunciado el sábado por Aznar. Méndez reclamará una dotación de unos 800.000 millones y no admitirá los 600.000 que propone el Gobierno. Y aclaró, sobre la propuesta de huelga de Rodríguez Ibarra, que "el Gobierno sabe" que los sindicatos sí tienen previsto un escenario alternativo de respuesta unitaria masiva. Invitó a Rodríguez Ibarra a sumarse a esas hipotéticas movilizaciones si son finalmente convocadas y recalcó que esa responsabilidad corresponde a los sindicatos.

Guerra señaló que en el tema de las pensiones no está de acuerdo "con casi nadie", y que sigue teniendo "serias dudas" de la conveniencia de la firma, en 1995, del Pacto de Toledo. A su juicio ha servido para que el Gobierno del PP defienda que es un pacto para no subirlas. Dicho esto, tanto él como Méndez cuestionaron por electoralista el anuncio de Aznar de que ahora sí va a crear un fondo de reservas para la pensiones. Guerra tachó esa iniciativa de "charlotada" y bromeó sobre la posibilidad de convocar elecciones cada año.

Sobre el Pacto de Toledo, confesó sentirse "bastante en solitario" y resaltó que en política no todo debe hacerse por consenso. Añadió que él hubiera entregado a los pensionistas el billón trescientos mil millones de pesetas "dado por Aznar a las eléctricas" y acusó al presidente del Gobierno y del PP de tener "dos varas de medir: muy responsable con los pensionistas y muy generoso con las compañías eléctricas", insistió ante un entorno sensibilizado por el Plan del Carbón. El ex dirigente del PSOE afirmó que con los populares los pensionistas han ganado sólo un punto en poder adquisitivo mientras mejoraron 35 con los Gobiernos socialistas.

En la autocrítica, reconoció que los políticos no han dado un espectáculo edificante ni con las pensiones ni con las subidas de sueldos de los concejales. Guerra calificó este comportamiento y el de Jordi Pujol -tanto por su paga extra a los pensionistas como por haber promovido ahora una rebajada en el peaje de las autopistas catalanas- como "rídiculo". Y en tono irónico auguró: "Acabarán regalando bocadillos de jamón".