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La moda se viste de paja, yute y coco

Las pasarelas de París, Londres y Nueva York invitan a los jóvenes diseñadores brasileños

Juan Arias

Cazadores de talento, diseñadores y empresarios buscan en Brasil la nueva cantera de la moda. Han descubierto que, ante un cierto cansancio del diseño en el mundo desarrollado, Brasil podría representar la alternativa por su creatividad y su aire fresco en el arte de vestir. De ahí que jóvenes modistas estén siendo invitados a participar en los desfiles de mayor prestigio de Europa y Estados Unidos, como acaba de revelar la revista Istoé. Así, en el 2000, Brasil podría empezar a ser reconocida no sólo por el arte del balón o el ritmo de la samba, sino por ofrecer al mundo una nueva manera de vestir, que se funda en una fuerte creatividad que tendría tres componentes: sensualidad profunda pero no agresiva, uso de materiales inéditos y la plasmación en la moda de su cultura afro-india.

La idea de los que están apostando por Brasil es que este país puede crear una nueva línea en el campo de la moda, de la misma manera que en épocas pasadas ocurrió con Japón. Por lo pronto, los nuevos estilistas brasileños están siendo invitados a las mejores pasarelas del mundo. En octubre ocho de ellos presentarán sus colecciones en la semana oficial del prêt-à-porter de París. Nombres como el paulista Jum Nakao, el gaucho Mareu Nitschke e Icarius, nativo de Curitiba.

Los promotores de esta iniciativa son los franceses Patrick Girault y Kuki de Salvertes. Verdaderos husmeadores, tras asistir a los últimos desfiles de moda brasileña, descubrieron que "se hallaban ante una nueva mina de diversidad y talento".

Conscientes del futuro en un sector que puede mover miles de millones, los propios brasileños intentan convencer al Gobierno para que les apoye económicamente y así evitar que el filón pase a manos de los grandes de la moda. Su principal argumento es que el diseño brasileño puede brindar "nuevos conceptos" artísticos al resto del mundo.

El diseñador Jum Nakao ve incluso la posibilidad de crear una nueva línea que suponga el maridaje entre la moda japonesa y la brasileña y, para ello, se inspira en el neorrealismo del fotógrafo brasileño Miguel Río Branco, que suele retratar lo cotidiano del submundo. Por su parte, Eduardo Ferreira presentó recientemente una colección muy original basada en tejidos hechos con tramas de paja, yute y fibra de coco, así como encajes y bordados realizados a mano.

De repente, gracias a ese despliegue lanzado sobre Brasil como futuro de la moda del nuevo milenio, sus estilistas están siendo invitados no sólo a París, sino a muchas partes más. Este año, el modista Alexandre Herchcovitch presentará el próximo día 22 su colección de verano para los ingleses, invitado por el Consejo Británico de la Moda. Había sido ya el primer estilista brasileño que había exportado sus modelos a Nueva York. Coincidiendo con su presentación en Londres, el periódico inglés The Independent le dedicará seis páginas.

A su vez, Fause Haten acaba de ser invitado para presentar su colección para la marca americana Giorgio Beverly Hills, en Los Ángeles. Y Tuti Duek, dueño de la industria de moda Forum, verá aparecer sus creaciones en las revistas norteamericanas Harpers Bazaar, Cosmopolitan e In Style. Duek reconoce que a partir de ahora Brasil está siendo reconocido y buscado como una nueva generación de modistas.

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