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Reportaje:

Operación antidopaje en La Habana

Fidel Castro ordenó pruebas secretas en España para demostrar la "mentira" de los análisis de los Panamericanos

Fidel Castro ordenó personalmente que se efectuaran pruebas secretas en dos laboratorios españoles y uno portugués para tratar de demostrar que los resultados de los controles antidopaje que practicaron a Javier Sotomayor y a tres levantadores de peso cubanos en Winnipeg (Canadá) durante los pasados Juegos Panamericanos estaban trucados, según reveló ayer el propio presidente cubano. En una conferencia de tres horas precedida de gran misterio y con la presencia de periodistas extranjeros y cubanos, cuya primera parte fue retransmitida por la televisión cubana la madrugada del jueves, el comandante leyó un extenso documento de 72 páginas en el que reveló la ejecución de una operación ultrasecreta dirigida por él mismo para demostrar que Cuba fue víctima de una conspiración para "desacreditar a una gloria del deporte cubano como es Javier Sotomayor, y también a nuestro país".

Paso a paso, Castro relató cómo concibió la idea de verificar "en terreno neutral" las pruebas antidopaje a los practicantes de halterofilia cubanos Rolando Delgado Núñez, Modesto Sánchez y William Vargas, en las que, según el informe de la Comisión Médica de los Juegos Panamericanos, dieron positivo por uso de nandrolona, una sustancia anabolizante prohibida en el deporte y que puede permanecer en el organisno humano hasta seis meses después de haber sido inyectada.

Para efectuar esas comprobaciones fueron elegidos tres "prestigiosos y serios" laboratorios especializados en pruebas antidopaje, "uno de Madrid, otro de Barcelona y el tercero de Lisboa", afirmó Castro, que no precisó los nombres de dichos centros. En las tres capitales ibéricas funcionan laboratorios antidopaje homologados por el Comité Olímpico Internacional (COI).

"Teníamos que hacer esas pruebas en el más absoluto secreto para no alertar al enemigo que intenta desprestigiarnos", dijo el máximo dirigente cubano. Y tan en secreto era, que sólo dos personas, además de él, conocían las claves que identificaban las pruebas con los nombres de los 20 levantadores de peso, que obtuvieron medallas de oro y plata, incluyendo los tres sancionados, a los que al regresar a La Habana se les extrajeron muestras de orina.

La operación, efectuada al más puro estilo James Bond, comenzó el pasado 11 de agosto a las 5.25 (hora local), cuando Miguel Palacios, químico del Instituto de Medicina Deportiva de Cuba, viajó a España con las muestras. "En el laboratorio de Madrid se entregaron seis pruebas, otras seis en Barcelona y siete en Lisboa", afirmó Castro, quien aclaró que el doctor Palacios desconocía las claves que identificaban a los donantes. "Sólo se le dijo que se trataba de levantadores de peso. Las claves las tenía guardadas yo", precisó.

Según el relato de Castro y el testimonio presentado por el doctor Mario Granda, director del Instituto de Medicina Deportiva, que exhibió ante las cámaras los informes oficiales de los laboratorios, todas las pruebas analizadas dieron resultados negativos. "Esto demuestra sin género de dudas que en Winnipeg fuimos víctimas de una turbia maniobra para desacreditar al deporte cubano", afirmó el presidente de Cuba.

Asimismo, Castro no dudó en poner la mano en el fuego por Javier Sotomayor, quien, después de ganar en Winnipeg la medalla de oro en salto de altura, la perdió al dar positivo en la prueba antidopaje que le efectuaron y que mostró la presencia en la orina de "altas dosis de cocaína", según el informe del laboratorio de Montreal. Para Castro, esta afirmación "es una infamia y una calumnia lanzada contra este atleta humilde que despreció ofertas millonarias" y forma parte de una campaña orquestada por los organizadores de los Panamericanos para perjudicar a Cuba en favor de Canadá, al que el líder cubano acusó de intentar despojar a su país del segundo lugar a toda costa, "aunque no lo lograron".

Aunque no presentó pruebas que lo demuestren, Castro afirmó que todo es una gran mentira. "Eligieron la cocaína porque es una droga que desaparece rápidamente del organismo y que hace imposible realizarle nuevas pruebas de verificación". Para Castro, la única forma posible de "desenmascarar la vil difamación" era demostrar que las pruebas realizadas a los pesistas también fueron trucadas, y "poner en entredicho el resultado de las pruebas efectuadas a Sotomayor".

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