Autorizado un riego extraordinario del Segura para salvar hortalizas y fruta

Los regantes pedían más para salvar sus cosechas, pero las posibilidades son limitadas y se tendrán que conformar con un aporte extraordinario que servirá para sacar adelante hortalizas y frutales. La Junta de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Segura autorizó ayer el reparto de 40 hectómetros cúbicos de agua para regar los campos de las vegas Alta, Media y Baja, y utilizará para ello los caudales de los pozos de reserva. El riego se iniciará el domingo, y durará 25 días.

El riego autorizado es inferior al reclamado por los agricultores, que sin embargo asumieron ayer la escasez de agua provocada por la prolongada sequía. "Tenemos lo que tenemos y no podemos contar con más", declaró José manuel Miralles, gerente del sindicato Riegos de Levante. Una treintena de los hectómetros cúbicos que comenzarán a distribuirse el domingo proceden de las reservas del Segura, y los otros diez se conseguirán con aportaciones de los pozos de reserva. El reparto comenzará a ser efectivo en la madrugada del lunes, y finalizará a final de mes. Se trata del último riego del ciclo hidrológico, finalizado el cual en los embalses del Segura quedarán entre 75 y 80 hectómetros cúbicos de agua almacenados, la mitad de ellos correspondientes al trasvase Tajo-Segura, y la otra mitad a recursos propios, el mismo nivel que en año 1994. El caudal ecológico se situará en 3-4 metros cúbicos por segundo, según informó a Efe el presidente de la Confederación, Antonio Nieto. En la reunión de ayer se decidió conceder 12 hectómetros a la Vega Media, seis para la Alta y 16 para la Vega Baja. Los restantes se consideran como "peaje" de las pérdidas del canal. José Manuel Miralles reconoció que el caudal autorizado es "insuficiente" para atender las necesidades, aunque la aportación garantizará el riego de septiembre y, con él, las cosechas de hortalizas y fruta de temporada. Antonio Nieto, por su parte, señaló que el riego beneficiará sobre todo a los cultivos herbáceos de la Vega Baja, la más castigada por la sequía, y descartó que el arbolado se encuentre en peligro por falta de agua. La Confederación realizará un seguimiento de los caudales, las tomas de agua, los motores que bombean a las fincas y posibles actuaciones furtivas. Nieto aseveró que la situación del campo mejorará si a lo largo de septiembre llegan las lluvias. Aunque rechazó calificar la situación actual de grave, el presidente de la Confederación reconoció que este ciclo hidrológico se sitúa entre los cuatro peores de los últimos 50 años.