Pujol desafía a Aznar y aprueba una paga para los pensionistas

Jordi Pujol, presidente de la Generalitat de Cataluña y líder de CiU, consumó ayer, en plena precampaña electoral, su desafío a José María Aznar, jefe del Gobierno central y su socio en el Congreso de los Diputados, al aprobar una paga extraordinaria de 7.800 pesetas para las pensiones no contributivas, y de 5.250 pesetas, para las pensiones asistenciales, al objeto de compensar el diferencial entre el IPC catalán y el del resto de España. El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, calificó de "especialmente lamentable" esta decisión.

Josep Piqué todavía no se creía ayer, horas antes de que se reuniese el Gobierno catalán, que Jordi Pujol fuese a dar este paso, "un aguinaldo preelectoral", sin esperar siquiera a la reunión convocada para hoy entre el Ministerio de Trabajo y los sindicatos. El ministro llegó a comentar hasta tres veces que no perdía la esperanza de que Pujol rectificase en su intención de romper el sistema de pensiones. El Gobierno, advirtió, lo vería "con ojos muy críticos". Pero ni su llamamiento ni su promesa de que el Ejecutivo central convocará "lo antes posible" el Pacto de Toledo evitaron que la Generalitat de Cataluña consumase la aprobación de la paga extra para las pensiones más bajas.Una medida que la oposición en pleno y los sindicatos se apresuraron en calificar de ridícula y claramente electoral, pues se produce a tan sólo mes y medio de los comicios autonómicos, convocados para el 17 de octubre, en los que Pujol se juega su último mandato. Las llamadas telefónicas entre ministros del Gobierno central y consejeros de la Generalitat que se habían sucedido en los últimos días resultaron inútiles. El consejero de Trabajo, Ignasi Farreres, se encargó de cortar falsas expectativas al informar, poco antes de que se reuniera el Consell Executiu, de que la medida estaba aprobada. "No debemos dejarnos impresionar, hay que ir hasta el final", sentenció Josep Antoni Duran, líder de Unió Democràtica y socio de coalición de Pujol.